Me pregunta un señor: ¿qué es más importante, el dinero, el sexo o el amor?, de buenas a primeras le contesté que el sexo, ya que el amor sin sexo muere; después está el amor, pues como decía The Beatles “all you need is love” y me entró la jipiosada pues, y de ahí el dinero por ser éste el más vano, porque no lo tengo, porque me entra lo utópico-marxista y porque me disgusta saber que alguna gente vive para el y es presa del abstracto más absurdo, vg. el clásico sermón de ser-alguien-en-la-vida, el cual nos dice que de una carrera sigue la casa, la novia y luego el dinero. Y ser gerente o presidente o mandar pues a gente.
El alcanzar metas, ahorrar y sentirse satisfecho consigo mismo porque se tiene una nueva chamarra tommy hilhigigher wathever y sentirse divino por tener un par de chanclas nuevas. Quizá esto es hasta natural del ser humano, si lo sentimos es por algo y alguna condición hemos de tener para ello, entonces yo me pregunto… ¿porqué elaborar un plan de vida, seguir metas, tener éxito, el éxito rutinario de la estaticidad constante, de la monotonía del bienestar y lo planificado, lo crediticio y la necrofilia de saberse vivo eternamente en un paraíso aburrido sin necesidad del sol, ni del calor que se siente al tocar otra carne, siempre despreciando el mundo y lo que somos -pequeños seres de paso con instintos y pasiones animalescas, capaces de matar a otro por un pedazo de carne, tan hábiles para cazar a quien se deje, cuál etiqueta?, cuáles modales mamones?… somos fauna-.
A mi me gusta mucho tener objetos, me gustan los zapatos y las películas, pero ni zapatos ni películas, todo esto nos lleva a algo: cuando se tienen 32 años y todavía no se traza un plan de vida nos mandan al psicólogo para ver qué está pasando, el porqué de el no-hacer, la falta de interés en nuevas metas,… pero yo no le veo problema, hasta se me hace más sano mentalmente aceptar que no se tiene plan de vida, que venga lo que venga pues, en vez de andar convenciendo y convenciéndose a sí mismo de que uno tiene planes y metas y de que somos triunfadores empresariales ¡wack!, de que somos gente capaz de seguir un sueño nomás para no defraudarnos a nosotros mismos del ideal de ser humano que nos empaquetan para ser un hombre de bien y feliz.
A mi no me gusta el estilo de vida de los gallos.
A veces está bien el no mover un dedo y contemplar a manera oriental que el mundo transcurra lento, hasta el grado de poder ver cuando una hoja se marchita y cae haciendo ruido al topar con la hojarasca.
¿Porqué la rapidez? en esta ciudad de zombies, ¿porqué el tiempo nos consume y es tan sólo una percepción mental inventada por el hombre?, una categoría más en las 12 categorías que describen y separan el mundo tan limitadamente; no es bueno vivir de fines de semana, también existen los lunes, los martes no son tan malos y si se sabe aprovechar hasta los miércoles son un buen día para tirarse de un cerro con un carrito robado del gigante y darse en la madre con el pasto y las piedras, de quebrar huevos en alguna pared, de sacarse un moco y embarrarlo por ahí (bueno esto no), de rascarse una nalga o sacarse el calzón frente a la gente.
Todo esto no nos hace más perdedores o fracasados, no tenemos nada que superar, no existe esa mentada de madre de superación personal, cada quien puede lidiar con sus monstruos, monstruitos inventados por uno mismo o qué, será preferible encajonarnos en enfermedades que ya están definidas, prejuiciadas y establecidas, cualquier día es bueno para desvelarse y echarse una chelita, no hay que esperar al fin de semana, hay que tirar los relojes y dejarnos llevar por los ciclos naturales de la tierra, el sol, la luz del día, la luna y su fulgor.
A lo que me refiero es a que cualquier día es bueno para meterse a un tambo de agua y estar ahí un buen rato comiendo chipotles y viendo una novela, no siempre se tiene que leer y ser “cool”, a veces se le ha de antojar a uno ver la de Rebelde y ¡no pasa nada!, a nadie matamos con pinteárnosla un día de la escuela o del trabajo.
Esta vida no es lineal, todo es como un bebeleche, le das para un lado, le das para otro, rengueas un poco, luego apoyas los dos pies, luego sigues brincando y das la vuelta hasta cerrar el ciclo redondo y a la vez cuadrado de la vida, así es… sí existen los cuadrados redondos, no hay lógica ni tratado, ni suma que me lo discuta, la neta a uno lo quieren encerrar en círculos perfectos con un radio de 3.141672845235, pero a veces uno se sale por la tangente y no es justo, no se vale que le quieran sacar el seno a uno, o el coceno, a veces no se desea escribir canciones con sentido… a veces se quiere escribir “Chacarrón, chacarrón” y se quiere olvidar de los significados y profundas metáforas.
Nada como una gran mentada de sinsentidos, de eso está compuesta la vida, de za za za’s y de serruchos y sopas maruchan con limón y chile y tostitos adentro. Eso es la vida, una barbaridad escrita, una falta de acentos y coherencia, un meterse en la fila del banco y agarrar la mayoría de los dulces que están de muestra en la oficina.
A veces eso es la vida y nada más, no hay futuro, no existe tal cosa, es bien sabido por sabios y tontos, por doñas y por pitonisas, por suegros y nueras, hasta mi solovino lo sabe, la vida … que pinchi concepto más abstracto y bonito y existencial y mamón, ¡ay la vida!… ¡la manga que!, como dice Miguel y Miguel, “una cruz de madera de la más corriente, es lo que voa llevarme cuando yo me muera” que sabiduría se encuentra en esa frase, ahí lo explica todo, que pinchi Summa de Descartes o Categorías Kantianas, ahí está, así sin más una miada a occidente.
Que le griten a uno “¿ya te desmayaste?” cuando uno está bien concha en el baño leyendo no es nada justo, y pues la presión social lo saca a uno de ahí, porqué no aceptar que somos instintivos, orgánicos, naturales y tenemos procesos que naturalmente nos dictan que si hay una necesidad hay que atenderla, que si se está hinchando el estómago se tiene que ir a hacer pipi. Pero Britney no soporta concebirse ser humano y no quiere que nadie la imagine cagando : ).
Que le guste a uno Chente y Slayer a la vez, que me guste Linda y Litzy y Jeans y esas mamadas que tanto me hacen cantar, que me haga sentir cosquillitas la canción de Livin on a pryer de Bon Jovi, y la canción de motivos de Vicente Fdez.
Que me de hambre a cada rato y que siempre que me ofrezcan comida diga que sí, aunque ya haya comido. En este momento estoy comiendo arroz y en la tarde cuando llegue a casa volveré a comer… luego cenaré.
Tener las manos de mi papá, tal cual, también la cara y los dientes, los pies y la nariz, pero nunca su ser, su ser ya voló lejos, quien sabe donde andará, sólo sé que sus huesitos tangibles están en esa tumba del panteón #16 o #13, sabe Dios. Y que en vida fue a toda madre y jugaba conmigo a jalar una caja con un cinturón y yo metida ahí hasta que se desfondara.
Bueno, entonces le doy la razón al cuarteto liverpuliano y concluyo que “all you need is love”.
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