enero 23, 2019

¿Para ser feliz hay que ser virtuoso?

¿Para ser feliz hay que ser virtuoso?

Decía Aristóteles que la virtud es un hábito selectivo que se encuentra en el justo medio, entre el exceso y el defecto, y que se cultiva por propia voluntad. Si el ser humano usa la razón, ésta lo lleva a los actos bondadosos, por lo tanto al bien, por lo tanto a la felicidad.

Pienso que sí. Si la felicidad es la armonía de espíritu, y éste se conecta con la razón, entonces analizar nuestros actos, decisiones, pensamientos, creencias, nos brindará el momento y el espacio para filosofar, acto que inevitablemente nos llevará a la libertad. 

Buscar ser magnánimo: construir grandeza de espíritu con cada palabra, con cada mirada, con cada acto, establecer puentes de dignidad con los otros, escuchar atenta la magia que contiene cada persona, tender la mano, amar al prójimo. !Cómo no cultivar la virtud en una sociedad que aplaude el egoísmo y disfruta ver arder el mundo! Cultivarla, es pues, el acto más punk. 

!Y qué acto de autoconciencia más sublime y qué privilegio poder pensar!, leer de los antiguos ideas explosivas, bellas, que me reconstruyen, me arman, me encienden y me transforman con la realidad.

Filosofar es un acto radical, subversivo, que ha dado guía a mi vida y alas a mis días.

Para esto me pregunto, ¿hay algo mejor que vivir en libertad? No.

No sentir esa opresión en el pecho que me conecta con deseos, miedos o voluntades ajenas me hace feliz. 

Cultivar la libertad de pensamiento, de aprender a guiar mis pasos por el sendero que yo quiera equivale a construir la vida a mi manera, bajo mis preceptos filosóficos, adornada de modo que la convierta al final de mis días en una obra de arte: la que quise, aquella que en mi lecho de muerte me brinde una sensación de catarsis, de reconciliación con todo ese panorama dejado atrás, de experiencia estética por haber vivido cada día como si fuese lo único que poseía, 24 horas que como regalo se me brindaron para cada noche recrear una vida en el presente, sin un mañana que no existe, que no tengo, sin pasados que diluidos en la nada quedaron.

Libre-Feliz.