Sueña

Hay una hora, precisa hora nocturna en que el cuerpo deja de ser cuerpo y se abandona a la fantasía, un lugar en donde los miedos, los deseos, los tormentos, las alegrías infantiles convergen, un lugar en donde nuestros muertos reviven, y eternos en su belleza y vida nos saludan; es ahí donde pasado, presente y futuro dejan de guardar las formas y conviven en un mismo plano, en ese lugar un segundo es un siglo y el tiempo no hace estragos.

Es en ese espacio en donde el "sueño" se potencia hasta confundirse con lo "real", provocándonos confusión al regresar de ese viaje en el tiempo.

¿Será que el ser humano vive en dos planos dimensionales?, que en esa otra vida otras decisiones dibujan nuestros pasos, porque todo aquello lo siento, lo recuerdo, veo detalles, distingo colores, texturas, escucho mensajes muy claros.

Hace años The Beatles fueron a tocar a mi secundaria, tocaron una canción jamás escrita ni cantada por ellos, pero en esa realidad muy mía ellos tocaron una canción únicamente para mi, la cual estoy segura que no existe, y todavía puedo recordar el "feeling" transmitido en esa melodía.

En otra ocasión Beatles tocaban en un bar del "Insurgentes" allá en Tijuana, iba manejando y al escuchar el alboroto metí reversa, me estacioné, me introduje al bar y saludé a un Beatle, le tomé la mano y le dije: "gracias...".

En otro sueño mi padre estaba en su ataúd cubierto de flores y de la nada se levantó, aventando decenas de pétalos en cámara lenta y mi alegría fue indescriptible, mi padre había revivido.

Una vez soñé la realidad en perpendicular, no horizontal, sino perpendicular, y la gravedad era también perpendicular.

Soñar y poder recordarlo puede ser motivo de infinito gozo o infinita tristeza; en alguna ocasión recuerdo detalles de mi único hermano asesinado a balazos, desperté llorando; hace poco soñé varios días seguidos a mis abuelos (mi abuelo Carlos y mi abuela Tina), con mi abuelo bailé una especie de vals, a mi abuela la abrazaba. Ambos están muertos, y la alegría que me han dado esos sueños se vuelve aire fresco a mis días.

Finalmente esos son recuerdos, una vida alterna en el recuerdo.

Soy eterna

Y al girar la llave por fin pude abrir la puerta, mis ojos se cegaron de aquel no color indescriptible a lo que la razón humana entiende por un “lugar”; sabía que no estaba muerta, sin embargo tenía la sensación de que una dimensión desconocida se abrió y me envió a lo que conocemos comúnmente como “la nada” o el “antes del tiempo y espacio”; me horrorizaba el hecho de pasar el resto de mi vida en ese alucinante y ensordecedor no-lugar…; caminé sin detenerme y parecía que no avanzaba, que esa infernal unidad me tragaba mostrándome el verdadero y terrible significado de la eternidad, no escuchaba, no palpaba, no olía, no degustaba, sólo veía y todo parecía inútil. Han pasado 5,263 años desde que llegué aquí, lo puedo afirmar por el sistema mental que me inventé para no volverme loca, soy eterna, asquerosamente eterna y no me queda más que esperar en el absurdo... seguro estoy en el infierno.

Elucubraciones de madrugada

Silencio blanco, todo gira, perfecto, despacio, unidireccional, repentinamente un desequilibrio causa un accidente espacio-temporal y el cosmos despierta, detiene por un segundo su marcha ciega, cuestiona el orden natural y deja de rodar; se ha dado cuenta de lo monótono de su existencia, es un infante y quiere experimentar.

Lo primero que hace es jugar con fuego y empujar la nada a la existencia. Nace el caos y entre azares y accidentes la vida se impone.

Desde la primer célula se llevó consigo la consigna de la conciencia, por eso sabía lo que hacía, y no de manera primitiva, célula-tejido-organismo-sistema-órgano-cuerpo, y me puedo mantener unida, mis células no se desintegran, no salen disparadas de manera caótica, porque saben, se saben parte de un todo llamado Miriam, llamado mundo, vía láctea, galaxia, cosmos, y una sola lo es todo, pero en conjunto me permiten ser, quizá por ello soy consciente, no soy una masa informe, tengo sentido y dirección.

¿Será acaso que una sola célula contiene todo el fuego del cosmos?, ¿será que es eterna e inmutable?, ¿y que este enigma ya estaba resuelto desde que aconteció?, ¿será que una sola célula sabe de todo el conocimiento existente, todas las respuestas a todas las preguntas, y al experimentarlo lo vamos recordando?, ya lo afirmaba Platón...

Y es que no puede ser tan sencillo, !sí!, soy un animal, erguido, o como diría Platón "somos un bípedo implume", aunque la gallina desplumada del gran Diógenes no me convenza. No me explico por qué estamos aquí y me preocupa porque aproximadamente viviré 104 años y no creo que la ciencia pueda determinar respuestas para el 2086, realmente somos jóvenes como "bípedos implumes", y me urge saber. 

-!Qué buena elección hice con ese suavizante de telas!-

Prosigo, tengo un ego más gordo que un pez globo, quiero verlo todo, sentirlo todo, conocerlo todo, experimentarlo todo, degustarlo todo, me angustia la música que no escucharé, las tardes que no veré, las sorpresas que no pasarán por mi vida, las películas con las cuales no podré afirmar "!wowww!, estamos en el futuro".

!Qué sustancia mágica, única, preciosa, regalo bello es el tiempo!, eso es la vida, no más, no menos, arena que cae lento, pero constante, quisiera no dormir, ni un segundo, ya extraño la vida y todavía no me voy.

Desde mi ventana

Ella otra vez, desde allá y en mis sueños, cada noche una lluvia de tela caía fresca, mientras yo la veía a través de mi ventana, etérea.

Ella se ducha, misma hora, mismo perfume, misma diosa desnuda, seductora; me acerco, giro la perilla, la puerta está abierta, la veo transparente, cálidas gotas recorriendo lentas su dulce vientre, fundiéndose adentro y refrescando el fuego.

Ella sabe que ahí estoy, me espera, y en un sutil movimiento gira despacio, ojos cerrados y su cabello mojado es una cascada al viento... sin tiempo.

Mis ojos repasan atentos su figura, mis ojos van de la mano con sus manos.

Ella voltea discreta, esperando ver aquella sombra, guardo su aroma en la memoria, vuelvo a mi ventana y desde ahí ella juguetea con su desnudez, muestra sus piernas en señal de complicidad, se asoma por la ventana y me mira a lo lejos, no dejo de sentirla y el ritual concluye cuando ella apaga la luz.

Circo fúnebre

Mi padre y yo nos habíamos mudado luego del lúgubre accidente que tuvo lugar por aquella sombría noche del invierno de 1987; justo en medio de una carretera que conectaba con la autopista 66, un payaso hacía malabares con lo que parecían órganos de quién sabe qué criatura, la sangre escurría. La neblina no nos dejó verlo hasta que estábamos ya muy cerca, mi padre alcanzó a esquivarlo, nos volcamos, el payaso no dejaba de hacer malabares y en un estado semiconsciente recuerdo haberle visto sonriente, se acercó brincoteando y silbando una tonada muy peculiar, me dijo con un tono feliz y una voz muy infantil "Holaaaaa pequeña" y se retiró saltando hacia los lados.

Mi madre y mi hermano murieron al instante cuando los fierros retorcidos del auto los decapitaron de forma aparatosa. En ese viaje íbamos a conocer la finca de descanso que los abuelos nos habían heredado, la cual estaba muy cerca del siniestro ocurrido aquel invierno. Regresamos a la ciudad, trámites, funerales y un gran pesar.

Después de lo acontecido y todo el dolor de haber perdido parte de nuestra familia, pasaron dos meses y decidimos ir a olvidarnos un poco de la tragedia a aquella finca; se puede decir que la primera noche dormimos tranquilos, pero la segunda un ruido molesto comenzó a invadir mi cabeza, y lo que me extrañó fue que la señora que nos ayudaba a cocinar, lo silbó por la mañana mientras nos preparaba unos waffles, "tu tu tu tu ruru tu tu tu tu ru".

La tercera noche esa molesta tonada no dejaba de atormentarme, la señora la silbaba todo el tiempo,  cuando se fue la seguí por pura curiosidad, después de escucharla más de lo que yo deseaba la pude reconocer y caminé hasta un paraje desolado que tenía de abandonado los mismos años que la casona, ahí la cocinera desapareció de manera muy misteriosa, era un lugar muy cercano a la carretera donde mi madre y mi hermano habían muerto. Al irme adentrando pude observar que unos dulces de colores estaban esparcidos por el camino, súbitamente me vi atraída sin saber la razón, su sabor era tan placentero que relajó toda la tensión y los nervios, mientras más exploraba el paraje más escuchaba esa lóbrega tonada,  súbitamente me vi entrando a un lugar en donde payasos se divertían dando de comer trozos de carne cruda a un grupo de humanos con mutilaciones, ellos se hallaban colgados en una reja en pésimas condiciones de higiene y salud.

Sentí un ligero escalofrío en mi espalda y al voltear pude ver horrorizada la figura de un payaso que me tomó del cabello y me dijo "!holaaaaa crayola!" Después de eso no recuerdo nada porque desmayé y ahora me tienen aquí, haciendo waffles, extrañamente la masa contiene trozos de carne.

Ayer desperté después de varias semanas inconsciente, dada mi apariencia y me di cuenta horrorizada de que me faltan dos dedos de la mano derecha, además tengo severas mutilaciones en mi pierna izquierda, un dolor agudo y penetrante me invade, !¿quéee?!, no puedo entender lo que veo, el payaso se acerca y me dice: ¿gustas?, y lo baña en salsa de tomate, !oh no!, !son mis dedos!...

La tarde es caramelo

Es un cuerpo, con sangre y huesos, con animalidad, semáforos, estrés y tiempo, con hambre y deseo; pero hay un momento, el preciso instante en que se funde con la danza en que todo cobra sentido, por ese par de minutos lo superfluo y lo profundo, lo complicado y lo grave desaparece y pareciera que la vida puede ser así de sencilla, el cuerpo, el movimiento y la música en un fluir eterno...

La mano se estremece y ofrece flores, 

la falda alegre es un vaivén de colores, 

la mirada altiva y femenina transforma todo lo que ve, 

los pies infantiles danzan sutiles, 

luego emerge la mujer, 

espalda recta, hombros, 

el cuerpo se impone, 

zapatillas, 

palmas,
un pie, un lado,
vueltas, cara,

una mirada, 

en esos tarsos
hay chispa, 

hay dolor, 

hay alegrías, 

hay tragedia.

hay corazón.

Danzar es aceptar nuestra corporeidad, serle fiel a la tierra y lo que representa, resolver el enigma de la vida en una rumba, en un tango o un flamenco. 

Danzar es lanzar poesía al viento.