diciembre 21, 2021

Con frío (en honor a Sol-Ho) y a ese viaje intergaláctico desde el que nos sigue inspirando

Náufraga de la tierra,
despierta a otros equinoccios,
mujer del reloj de rotas manecillas,
¿sabrá quién fue?,
¿la certeza que nos dio?

Hombros,
gitanerías
en pies siempre descalzos,
ya no hay hombros,
pero queda el decibel de su voz
de filósofa maga
que sabía jugar,
que entendía
de ese
          deber
                  profundo
                                de jugar,
a jugar, jugar a jugar a jugar.


A veces hay tristeza
y dejo caer la quijada,
cierro un poco los ojos,
frunzo el ceño y
camino sin escuchar
ni ver nada,
camino soñando otros mundos,
camino flotando
y en dimensión gelatinosa
me la encuentro
con un abrazo de la frialdad
previa al Big Bang.

Ella tiene frío que va más allá del cuerpo,
más allá del cuerpo ella tiene frío;
en capas de epidermis desaparece,
exhala y vuelve a aparecer.

Se da cuenta que pudo
haber muerto con ropa,
sin revelar la sustancia desnuda,
sin abrir los ojos jamás,

p-e-r-o     
n-o,

se fue ligera
como una llama que se apaga
como una ola que eclosiona
y arrasa con el altar
en una última danza.

diciembre 11, 2021

La radio y su frufrú

La calle atronadora, dedos sangrantes, de la Colina era Candy, dulces skittles que reniegan de sus colores, piano ardiente, no sucumbir a la tragedia, puntillizo es el tiempo y la efigie se lanza al acantilado, la panza reboza feliz, de una estela del sur, invoca la emoción, duerme la naranja, amarillea el domingo, pirámide de Egipto, que transita la navidad doliente, un rayo de justicia al rojo amanecer de luna vieja. Soy de sangre, escurriente, la radio y su frufú, suculenta melodía. Algo nos aplasta con sus gotas de mar de la fosa de las Marianas de la sombra más sombra de la vida de ultraoscuridad. 
No hay urgencia, nacho sin barreras de quererte, el instante que se desbarata en sustancias delirantes y azules bomboneras.

Sombra de la loca

Hemos llegado, no sé en qué momento se le ocurrió decir que sí, hasta ahora lo había bloqueado, y de algún modo podíamos dormir. Esto es surreal, no es adrenalina bonita, ¡me va a dar!, estamos al punto del desmayo, necesitamos una Coca-Cola, ¡ahh!

Nos han llamado, arnés puesto, la entraña en la garganta, ella se siente feliz, yo no, vamos hacia la avioneta, hemos firmado riesgo de muerte, 3,2,1, ¡ahhh!, segundos eternos, la cámara grabando, va cantando, ¡está loca!, ¡uf!, el paracaídas sí abrió, ¡la odio un poco!

Vamos aterrizando, hemos caído estrepitosamente.

¡Miriam está loca!, insisto, ¡está loca!

Ojalá pudiera ponerme en huelga cuando suceden estas cosas.

¡A veces no la soporto!

¿En dónde está todo lo sido?

Hay un árbol gigantesco y milenario en una isla cósmica abrazada por el plasma originario que proviene de la primera explosión. Ese árbol tiene vientre, en él se guardan los secretos más profundos del tiempo, sus fórmulas para viajar al pasado, al futuro, los vórtices, las fallas en la línea temporal, aquella noche fría en que Sócrates fue condenado, los tétricos sonidos de la hoguera, del cadalso, de la guillotina, el grito de júbilo del triunfo revolucionario, la profunda melancolía del día lluvioso de la post crucifixión, cuando la fiesta de los curiosos se disolvió




Poesía post-apocalíptica

¿Quiénes somos?,
¿quiénes fuimos?

En todos lados,
miseria que me alcanza,
estirpe de bárbaros sin nombre,
¿por qué pisamos esa flor
y cubrimos la tierra con ese
líquido nauseabundo creador de muerte y caos?

Aquel remedo de hombre se arrastra
por un pedazo de pan acedo,
anquilosado,
mirada perdida,
no recuerda que sus manos pueden arar la tierra,
que sus pies pueden trasladarse y viajar,
sin necesidad de Walmart, aviones,
autos, combustibles.

homo Walmart,
homo pretroleus
homo facebook

Ojalá despertaras y quemaras
ese falso mundo erigido
y entender que somos tierra,
igual que aquel zenzontle,
igual que aquella estrella.

Tú en el todo,
tú eres todo.

Bardo

Un frío seco recorre mis contornos, ¡espera!, no tengo contornos, soy una masa amorfa y danzante de agua que brilla, plasma fluorescente que viaja a velocidades que no entiendo.

¿Por qué pienso?, ¿dónde se depositan estas palabras y esta voz que resuena en el agua que soy?

No puedo estar completamente muerto si en mi pensamiento todavía resuena la palabra pensamiento.

Soy de agua, caigo en un vórtice de plasma, ¿qué es esto?, ¿por qué me sumerjo en este óvalo cálido?
Nazco.

Dentro del vientre

Ella estaba ahí, en posición fetal, avanzó el tiempo y dejó de ser feto, comenzó a abrir los ojos de un modo exorbitante, a tratar de comprender todo aquello que era nuevo.

Entre líquidos cálidos y piel blanda se encontraba, en un silencio profundo y cósmico se acurrucaba.

Comenzó a pensar y aún con ojos desorbitados y toda la adrenalina de sentir, creía firmemente que ese vientre oscuro y tibio era el paraíso.

Avanzó la vida, se sentía incómoda, algo le decía que ya no estaba bien estar ahí. A lo lejos escuchaba ruiditos urgentes, escándalos que no iban con la ligera y apacible vida de hamaca que había planeado.

De súbito, sintió que un esfuerzo del universo en el que estaba la expulsaba con violencia de ese entorno paradisíaco. 

Vio la luz.

Emergió en una explosión de sangre y placenta para abrir los ojos aún más.

Ahora su paraíso era otro, era un olor, el olor de mamá.


(QUÉ CURSI SOY)

 

diciembre 04, 2021

¿Cuál es el último sentir antes de la extinción?

Decía Nietzsche que no había sentimiento más noble que irte de este mundo en el momento más glorioso, frente en alto, cuando exudaras vida en cada poro.

Enfrentarse a la autoaniquilación debe sentirse frío, como una oleada de adrenalina inyectada directo al corazón, quizá un momento de frenesí orgiástico, porque como decía Camus, ese es el único problema verdaderamente filosófico: decidir o no el día y la hora.

Si es el sí, un grito sordo que lanzado al vacío nadie escucha, un último llanto de soledad doliente, un abrazo absoluto de valentía ardiente, caer en el instante, incendio palpitante, el después, el presente, el antes.

Si es el no, decía Camus, de cualquier modo, todos estamos condenados a muerte.

En algún lugar del mundo, se escucha el crack, el bang, el gasp.

Y el universo está más solo esta noche.

A una pasajera

La calle ruidosa troqueleaba de frío, 
larga, minuciosa, grandes piernas, 
dolía su majestuosidad luctuosa,
una mujer pasaba, de una cintura fastuosa.

Balanceábase en la fiesta y la gloria, 
mirada al viento que desnudaba, 
pálida la danza solitaria,
quintaesencia del placer que anidaba.

En un instante pasó la noche,
belleza efímera que no quiero perder,
no quiero no verte hoy, no quiero perder la fe.

ya es tarde, el jamás ha penetrado el tiempo,
ignoro a dónde fuiste, tú no sabes a dónde vas,
¡Oh tú, amada mía, oh tú, que te esfumáis!

¿Por qué hay algo en vez de nada?

La segunda ley de la termodinámica sostiene que todos los procesos que ocurren en el universo se realizan de manera que siempre aumenta el desorden. 

El silencio se niega a sí mismo, la calma se autoaniquila, la nada se trastoca, y allá, cada cientos de siglos, el universo exhala y hay un segundo de silencio, calma y nada.

Secret hunch

He visto las viejas tumbas olvidadas, y las de flores frescas, pero hay otras, término medio, que he encontrado con mi fecha de nacimiento: 1982, y un vuelco se desplaza por mi estómago recordándome que esa pude haber sido yo, o puedo ser en cualquier instante.

No es corazonada, es la terrible y a la vez, dulce certeza de saberme etérea cual mota de polvo viejo de algún cajón de monasterio.

El tiempo cura todas las heridas

El constante río de instantes que se diluye a cada suspiro, la impostergable marejada de momentos que se suceden unos a otros, llega y se posa como fomento, solución, cataplasma, ungüento, en un espíritu abatido, apesadumbrado y mutilado ante la impermanencia que es urgente abrazar para no sentirse avasallado por la nada..

Una confesión, secreto, y a la vez, algo vergonzoso

Una confesión, secreto y, a la vez, algo vergonzoso es que desde muy joven y hasta hace unos tres años me iba de raite de ciudad en ciudad.

Lo disfrutaba, me encantaba sentir que mi corazón todavía guardaba confianza en el ser humano. Aunque amaría seguir haciéndolo, sé que no es prudente y hasta es irresponsable hacia mí y mis seres queridos. Entiendo las condiciones violentas del país y la alta posibilidad de un feminicidio. 

No obstante, he tenido talento para esa tontería y -muchas más que esta vez no contaré-, he sabido escoger gente buena. Nunca voy a olvidar todas esas aventuras y las largas pláticas de carretera con gente desconocida pero genial.

¡Gracias, universo, y oraciones de mi madre, por haberme protegido y por haberme regalado buenos momentos!

Madre, ojalá nunca leas esto, porque si lo lees, sé que me espera un cachetadón.

Mi propia película de terror

Una chica es secuestrada por el asesino serial más buscado de Estados Unidos y más escondido que Jack the Ripper. Se sabe que las víctimas encontradas en un monasterio medieval abandonado donde se practicaba la tortura comandada por el Santo Oficio, más de trescientas, todas ellas en condiciones infrahumanas, se rodeaban de arañas Goliath y viudas negras. 

Una verdadera carnicería arácnida, serial y cristiana perturbadora.

La gran novela

Mi próxima novela se trata de una mujer que recorre cada uno de los lugares que históricamente transitaron Sócrates y Jesús, en específico el lugar donde el primero ingirió cicuta y donde el segundo fue crucificado, descubriendo una conexión cuántica que posteriormente daría como resultado la apertura de un portal en donde Sócrates dialoga con Jesús y Platón es el escribano.

No se preocupen, ya tengo planeados seis tomos, por si llego a morir, no sufran.