Esa muchacha se reunía en aquel bar todos los viernes. Un día conoció a un payaso con naricita y zapatotes. El amor entre ellos fue inmediato, entonces se les veía de la mano por las calles del centro. Ella riendo con sus chistes malos y él en su monociclo bromeando con la gente. Nunca le conoció su verdadero rostro.
Al final, él desapareció de la vida de la joven porque no se sentía a su altura, ya que él era un payaso de alcantarilla.
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