abril 06, 2013

El oficio de Cajera


Hubo un tiempo de mi vida en que quise ser cajera (oficio muy digno), las veía tan bellas, de manos estilizadas y femeninas, con tanta seguridad y destreza que me enamoré de la profesión. Recuerdo que presionaban cada tecla con tal habilidad y delicadeza que nunca se equivocaban. También recuerdo que la rapidez con la que pasaban los objetos haciendo sonar el código de barras en un sistema lector de última tecnología me parecía por demás interesante y entretenido, el bip era moderno y grato a los oídos.  

Todavía cuando voy al mercado me hipnotizan sus finos movimientos, y lo que más me atrapa es la pasión con que desempeñan lo que hacen, además de la dulce voz con la que exclaman: "Departamento de abarrotes, favor de pasar a caja 4", tienen todo mi respeto.

Quizá de no haber estudiado lo que estudié, me habría desempeñado en dicha labor, estoy segura que me habría trazado records para romper una y otra vez, y sería la mejor : )

Si algún día todo falla, si alguna vez mis intentos por hacer de este mundo otra cosa me dan la espalda desde mi labor, regresaré a lo que quizá sea mi destino, y haré feliz a los clientes, marcando rápido, logrando que la ley de Murphy se aleje de mi caja y no haya cancelaciones, ni retrasos, haciendo de este mundo, un mundo mejor. 

Si algún día mi camino me lleva hacia allá, me aseguraré de tener los centavos suficientes para nunca robarles a mis clientes, y secretamente jamás preguntaré si desean redondear.

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