¿Carcomer mis entrañas?
¿Desgarrar mis adentros?
¿Diluir quien soy?
¡Infatuo!
De nuevo tu zumbido
me declara la guerra,
no hay tregua.
Lucharé incansable
hasta derrotarte
y exiliarte
de esta tierra cálida
que es mía.
¡Impostor!
Te burlas en tu felonía.
¿No te da vergüenza
tu condición lánguida
y famélica?
¡Insaciable!
¡Glotón inagotable!
Ojalá un día
tu zumbido
sea silenciado
por siempre
de este valle
de muerte y llanto
que tu presencia invoca.
¡Ruin escoria!
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