Por la mañana vi a una señora cucaracha volteada. Entonces reflexionaba qué difícil la vida de estas creaturas, qué pesada existencia tener que vivir cuidando no voltearse porque aunque impongan y hayan sido contemporáneas de los bellos dinosaurios, toda la inutilidad se vierte sobre ellas si hay un viento, si tropiezan, si no dan paso firme.
Pienso en la terrible angustia de no poder decidir, de estar atada a la condición de cucaracha, y todo el cósmico silencio que las acompaña en la soledad de esperar la muerte inminente.
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