marzo 07, 2019

8 otra vez


I.                   FEMINISTA ALEGRE

Hoy el canto es alegre,
la rabia es melodía,
el miedo rebeldía,
porque estamos juntas,
y nuestro grito GRITA emancipado
de nuestro silencio,
porque el lienzo de lo que fui está por fenecer,
mujer-¿qué soy?-ser humano-¿quién fui?,
me construyo yo, te construyes tú,
porque me diluyo de mí en cada pañuelo verde,
si caminamos juntas en este lucha no hay pierde,
porque mis pies todavía bailan en un latir compartido,
en aquelarres que nos dicen quiénes somos,
qué queremos y de dónde venimos.

Dicen que dios nos ha abandonado,
pero nosotras a NOSOTRAS no,
aún tenemos alma, 
a pesar del desgarro en que vivimos
hay alma,
hay copla, hay lira, hay poesía,
a pesar de esta tierra desolada y fría
hay marchas, hay diálogo, hay camaradería,
a pesar de los monstruos
que siempre se aproximan,
que están a la cacería,
acechando en el metro,
en la misma cocina,
a la hora de la firma.

Pero hoy me resisto al miedo,
a la invisibilidad y a morir,
¡porque viva me quiero y las quiero vivas!

II.                SI HE DE PALPITAR

Hoy me niego a este ruin palpitar,
y es que si he de palpitar, ha de ser de libertad,
no por aquellos ojos grotescos del metro,
no por ese taxi inseguro, esa calle intranquila,
esa vacación medida, ese miedo a la vida.

Si he de palpitar ha de ser porque danzo,
porque camino en esa cuerda
que me asoma al vacío y
me mantiene viva.

No he de palpitar por lanzarme del auto
antes de que me violen, torturen,
expongan mi cuerpo y me abandonen;
si he de palpitar ha de ser
por esta charla con mis amigas,
por un buen pulque, por un buen mezcal,
por ideas transgresoras,
que nos destruyen y nos reconstruyen.

Y en ese palpitar me prometo
hacer de mi vida la que quiera,
la más absurda, la más profusa,
la más excesiva, pero mía.

Prometo cuidarme
y cuidar de mis amigas,
siempre visible, nunca invisible
con más glitter, resplandeciente,
con más colores, fosforescente,
más glitter, ¡aún más glitter!

Y si he de palpitar que sea de alegría,
de amor, de belleza, de exaltación, de vida.

III.             DESMITIFICAR EL PENE

13 puntadas en la cabeza,
mi muy querida amiga,
pateada por el esposo,
por un rumor nada más:

“¡tu hija no es de ti sino de otro!”.

¡Un rumor nada más!

¡Y nunca es la lealtad traicionada!,
es que alguien más metió el pene
en una vagina que creía privada.

¡Pene incontrolable y maleducado!
¡Pene troglodita y bárbaro!

Jamás he de renegar de ti vagina,
te abrazo con amor y frenesí,
porque eres mi centro,
porque nos están matando,
a ti y a mí nos matan,
porque vagina
es equivalente a no tener pene,
es no ser pene,
y por ello nos torturan vagina,
nos usan, nos tiran a la basura.

¡Pero apréndansela!
¡Escuchen cómo suena!
¡Sepan a qué sabe!
¡Repítanla y respétenla!
¡Vagina, vagina, vagina, vagina!

IV.             EL SABROSEO INCÓMODO

Voy caminando
y sus ojos se clavan sobre mí,
sin disimulo, penetrantes,
con el derecho de arrastrar su vil mirada
en mis senos, en mis nalgas,
sobre mí.

Yo hago lo propio.

Clavo mis ojos sobre él, con veneno,
¡Sí!, con poder y desprecio,
lo sabroseo asquerosa, apacible y propiamente,
él voltea, baja la mirada,
en su pene, en sus nalgas
le observo,
apacible y con morbo,
en un sabroseo intenso,
insiste en verme,
insisto en verlo,
baja la mirada.

Porque esta que ve soy yo,
dueña de mí,
y su mirada no me intimida,
también puedo tocarle con los ojos,
y en una venganza dulce
¡triunfo!
porque él baja la mirada
en señal de no comprensión,
¡y es un triunfo sororo en acción!

V.                UNA VOZ, MI VOZ

Mutismo de mujer,
decían,
años de la vida
a contracorriente,
buscando mi voz,
sombra aplastante de mí
ahogándome y quitándome el aliento.

A cada palabra, la duda,
mensajes borrados,
audios eliminados,
palabras ahogadas,
fonemas silenciados.

Monstruo extraño
habitante de mí
cancelándome,
culpándome
vetándome.

¡Cuántos soles hubieron de pasar!
para desnudar mi voz,
encontrar el grito,
develar la rabia,
encender la palabra,
respetar mis deseos,
no temerle a mis sueños.

Hay mucho camino por andar,
pero es hasta hoy que el sendero
lo abren mis pasos,
para ser el yo de mí,
para edificarme o para derruirme.

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