agosto 21, 2023
La mejor decisión
Olvidada en Marte
Adicción
agosto 11, 2023
Aquella boca
En aquella boca se encontraba una selva fresca, llena de cascadas que hacían puente y se colaban en mi entraña.
En aquella boca carnosa que se antojaba morder y perderse en ella, y me perdía.
En aquellos labios había caminos sin retorno hacia mí misma y la sensación de ser piel, carne, sangre que corre en maremotos.
Mensajes para mí
Miri, anda, tú puedes, no postergues, entiende que eres más que un cuerpo, recuerda todo lo que has imaginado y ese poder inconmensurable de buscar la belleza. No claudiques, en esta y en todas las vidas por venir, la magia acontecerá.
Miri, puedes dormir todo lo que quieras, y te hundirás lentamente en el hoyo profundo de la procrastinación, ese que te lleva a bloquearte, a sentirte nula por no lograr el día a día. ¡Anda, duerme, piérdete de esta vida, insulsillo ser de la noche!
Lucho Gatica
Así se hace: disfrutar la música.
No le sé mucho a la guitarra; no obstante, lo que he aprendido me corresponde, me salva.
Algo por decir: café-tierra
¿No les da la impresión de que el café es tierra y que se están haciendo un té de tierra?, entonces ¿a veces no se les antoja comer tierra?
Cancelado
Los mocos, la popó humana en forma de nieve, que la vida se tenga que acabar, el hígado encebollado, los tacos de tripa, “el chemo”, las cortaditas con hojas de papel, el merthiolate, las arañas en cualquier presentación, la humillación, la palabra “tepalcates”, la palabra “patas”, el rábano, el reggaetón simple, el gis y pizarrón verde, el holocausto, la quema de brujas, el color rojo, la religión (cualquiera), que mi padre se haya muerto así, que Maxito se haya quitado la vida, la gente que secuestra, la basura en el mar, los pederastas, la educación de princesas, el pozole, el menudo, el dedo chiquito del pie y los muebles afilados, o los dedos de los pies porque me recuerda que vengo del chango (que nuestros pies fueran como los de los patos), los directivos, los presidentes.
Cicatriz
Mi alma es una cajita que...
Mi alma es una cajita que guarda ilusiones antiguas, como encontrar a alguien que me mire a los ojos y sepa en ese instante quién soy.
En mi alma hay tlacoyos de frijoles, tacos de huitlacoche, agua de cebada bien fría, también de sandía pero con hielos, en mi alma está mi madre y su carcajada bonita, está la playa de noche con un seven eleven en la esquina, está una galaxia muy colorida. En mi alma hay muchas bolitas de imaginación, que al reventarlas, huelen bonito y lanzan rayos de colores con brillitos.
En mi alma también hay celos y oscuridades, celos porque jamás seré Nefertiti, ni veré de cerca la luna, tampoco sabré qué se siente estar enterrada en la visitada tumba de Tutankamón, ni sabré qué es ser la diosa Coyolxhauqui, ni conoceré jamás lo que hay en los cajones de las abuelitas, ni sus recetas sabrosas de pozole o mole. No sabré los colores del primer día del mundo, ni cómo se siente respirar aquel amanecer, tampoco podré ver la hecatombe. Ni sabré qué se siente tener antenitas como las señoras cucarachas.
Por lo pronto agradezco lo que hay en mi alma-cajita.
Soy la bacteria de una estrella
Soy la bacteria de una estrella que el viento se llevó y que viajó entre galaxias, depositada en flores de otros mundos, soy la metamorfosis de un ser que sabe de la muerte, y no llora porque se le va la poca agua que guarda, y porque sabe que nacer, morir, transformarse, es parte de la metamorfosis, sabe que estar viva es ver, respirar, moverse, oler, morir, nacer.
Bacteria que se sabe número, que se sabe arjé y apeiron, que se sabe fuego, viento, agua, tierra, porque en su pequeñez, es parte de la sustancia eterna.
agosto 03, 2023
Soliloquio en el Everest
Respiro, el canto de los pájaros en un eco distante, me acompaña. Estoy sola, la gélida voz de la tarde me susurra al oído. A cada paso mis pies honran el camino de los muertos. Cierro los ojos, mi alma descansa en este saco de huesos y sangre que soy. Abro los ojos, mi cuerpo descansa en ese abismo insondable que soy.
En una complicidad cósmica el incendio de la vía láctea me acaricia quedito.
Pienso en el recorrido, en las horas de esfuerzo en que caía, y en las horas de triunfo en que me sentía tan pequeña.
Respiro, respiro, respiro, y el aire es agua en mis pulmones, entonces soy un pez, soy una estrella de mar, soy la brisa que acompaña la alegre mañana de domingo, soy el canto del viento, soy mortal y he llegado.
Existencialismo de tarde
que contra el viento planea en las noches,
soy un ave perdida entre el cielo
y el inframundo.
No comprendo el racimo de ayeres,
que sutil se ha posado en mi pecho,
son veinte años que ahora son polvo,
un retrato amarillo, un suspiro.
Lunas menguantes, lunas crecientes,
que en mi rostro arrugado se sienten,
soy arena en abandono,
ola que eclosiona y muere.
Soy fantasma que pisó la tierra,
fuego fatuo en camposanto,
eco de risa de nadie,
grito sordo de bruja olvidada.
La locura acontece,
el suspiro no alcanza,
y la soledad gana,
Su cuerpo
sus piernas se deslizan en los parajes de mis muslos,
sus brazos de incendio derriten el escudo de mi piel,
su voz de guerrero de otro siglo
susurra pasiones al oído,
y su piel,
¡oh, su piel!,
de olor a canela quemada
y a noche de pinos,
su perfil de vikingo en carabela,
su cabello de legionario imperial
Lo importante
Nada es para siempre, lo importante es amar, atreverte a sondear en los confines del espíritu, sin miedo a caer, porque ya te has caído otras veces, ¡y qué tiene!, ¿o no te has podido levantar?, ¡anda!, !no le tengas miedo a la vida y sumérgete en el abrazo, en el beso que besa los ojos, en la mano que toca la entraña, en la confianza que te permite mirar al abismo, en la palabra que rompe los límites y se atreve a pronuciarse en el amor.
Después de la muerte
Si después de la muerte mi letargo se desvanece y la memoria de mi vida aún perdura, volvería a aquella tarde de 2001, en la que mi padre con un cáncer terminal me preguntó si quería jugar baraja con él, y le diría mil veces que sí, beberíamos ponche de café y sería una larga noche de risas y apuestas tontas para ver quién es el mejor. Entonces, aquella noche rebozaría en mis recuerdos como una flor de nomeolvides, tan azul como él era.
Despedirme
Combatiendo clichés: "Las estrellas de tus ojos me deslumbran"
No sé qué pantanos de selvas aún no mancilladas por la mano humana sedienta de oro y elíxires infinitos, se asoman cuando me miras. Y, al verte, me hundo como en un vórtice al abismo pacífico de un sueño.