Este jovenazo se fue a vivir a Bali, estaba cansado de lo frío de los muros de Transilvania, quería vivir el sueño de ser un joven modelo de las pasarelas de Alexander McQueen, y así lo hizo. Su ropaje entretenido y amarillento fue inspiración para la colección otoño de este gran modista.
Ahora el mundo parecía un capítulo de Drácula de Bram Stocker..
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