octubre 27, 2022

La asfixia

Abro los ojos, sé que estoy muerto, en ese lapso de conciencia que no se separa del cuerpo. Un sonido recalcitrante de viento gélido atraviesa mi tímpano, las gotas de lluvia tintinean en mi cámara mortuoria recordándome que estoy sola.

Todo es negro, esta caja sinsentido asfixia el recuerdo de lo que fui: los viajes, el paracaídas, nadar en el Mar de Plata, gritar en Six Flags. 

¡Todo es limitante!, monólogo interior de hablar con nadie.

No sé si ha pasado un segundo o un siglo o si así será mi eternidad. 

¿Cómo es posible?, mi vida fue una fiesta, ruido, cascabeles, decibeles, gritos, run runs, acelerar, volar.... y ahora, y ahora, ¿cómo accedo a la nada?, el verdadero paraíso.

¡Nooo!, un gusano me hace cosquillas, quién se cree, ¿por qué me come?, ¡hereje!, ¡hijo de Satán!, ¡ojalá reencarne en larva, ¡oh, no, fue larva!, ojalá reencarne en humano y sienta lo que es ser comido por uno de los de su calaña, ¡ojalá nvolucione en el Samsara!


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