octubre 18, 2022

La ciudad (contigo)

Mole de piedra que me late en el pecho,
caminos nuevos que otrora recorrí,
plaza de luna donde fui juzgada,
mi pie es a la piedra 
como mi suspiro al frío.

Me detengo, estás conmigo.

Callejón sepia que me late al centro,
un pandero revienta en nostalgias sepultadas,
laberintos de subida y de bajada,
me he soltado del ovillo de Ariadna,
me he perdido entre los vientos de enero,
y un silbido me recorre y me acompaña.

Caminatas,
pie al alba,
de la Olla,
y en el centro Asterión,
y era el mundo, Asterión,
nuestro mundo.

Entonces vamos lento,
a tiempo y a destiempo,
entre rostros amarillos y polvosos,
¡oh, el fuego de mi abuelo!
tu abuelo, 
el incendio que era,
que éramos, 
que somos,
sus palabras,
palabras saltimbanquis
que trepan sobre mí, 
que cruzan a muerte la cuerda,
y se lanzan en acrobacias viscerales
recordándome quien fui.

Ciudad mía, 
ciudad nuestra,
reina de la plaza, 
mia piazza, mia piazza,
San Fernando,
el azul en el dintel 
sabe a pasión posible,
de besos descalzos
que te caminaron
una tarde amarilla 
de hace cientos de años.

Y estamos juntas,
frente a esa luna,
tu guitarra, mi canto.

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