octubre 13, 2022

Se derrama el jugo viscoso de las cinco de la tarde.

Viernes a las cinco de la tarde, Lorca, ¡qué par de fonemas tan secos!, ¡qué poeta en Nueva York que nos hace que toquemos lo rugosas que son las cinco de la tarde!

Uno a uno se escucha el click clock de las luces que van apareciendo, y la lóbrega luna maculada quiere adelantar su arribo para mitigar el dolor y la sangre que le escurre a las cinco de la tarde.

Y entonces, un grito sordo se desliza furtivo a través de los ceros boquiabiertos de las cinco de la tarde.

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