septiembre 27, 2015

Aquella mujer

Su rostro era todo lo que necesitaba,
saber que existía, que por ahí andaba,
que de todos era mi contemporánea.

Su perfume, el aire que respiré.

Hoy vuelvo a su mirada
y en esos ojos encuentro el cincel que me constituyó,
su voz hipnotizante me decía algo
y todo mi ser asentía sin decisión.

Amarla me bastó para hacernos feliz.

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