septiembre 07, 2015

Voz

Traduzco tus abismos en dulces fonemas,
la luna se mece en blancos fulgores
amarilleando entre milpas... y ahí, 
tu mano sobre la mía promete nunca soltarme,
promesa que va más allá del cuerpo, sin tiempo.

Y te escucho, 
trago tus ayes de melancolía,
y te juro que la muerte es una ficción.

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