Recuerdo que me encontraba acostada en el suelo, viendo las estrellas, chupando mi tutsi-pop, cuando algo me distrajo de mi contemplación. Era él, Toño, le llamaban, era mucho mayor que yo. Cuando se acercó me dijo en tono coqueto:
-¿Me das?
Yo accedí sin dudarlo, y se recostó a mi lado a ver las estrellas. Cuando me regresó la paleta y la sumergí de nuevo en mi boca, mi mente lo registró como el primer beso.
!Oh niñez que con tan poco y con tanto te contentas!
Todavía recuerdo su sabor.
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