Tu pelo, oquedad de secretos
que nadie conoce.
Tu boca, profunda cueva que calor emana,
y en un soplo divino... me desarma.
Tus dientes, cuadro perfecto que se alinea
con el iris de tus ojos.
Tu piel, cobijo que incita a desnudarme.
Tus ojos, emisarios de futuros inciertos,
no me veo, pero me abismo en ellos.
Tu pecho, sutil cima-del-mundo
donde diviso a lo lejos, a lo muy lejos
todo lo que no me importa mientras
tu pecho callado me acoja.
Tu nuca, lado oscuro de la luna
en donde no hay misterio,
porque mi caricia develó tu ser.
Tu vientre, donde los temblores
del cosmos turban y estremecen
los temblores de mí.
Tus hombros, dulce regazo
que me induce a llorar.
Tus piernas, lazos que me atrapan,
mientras agonizo para renacer.
Tus dedos, racimo de mimos que
le hacen el amor a mis pies.
Tu espalda, lienzo de olores
que me invita a dejar la mochila
y quedarme, lienzo que necesito.
Tu sangre, líquido que me toca,
esencia de ti que late en tus contornos.
Basado en "Cuerpo a la vista" de Octavio Paz.
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