agosto 15, 2013

Sentido común

Hoy estuve casi media hora sentada afuera de Vicerrectoría, supuse que era la hora de comida y me eché en el suelo a esperar haciendo dibujitos. Cuando llegué, traté de abrir ambas puertas y me percaté de que adentro había gente sentada, al cabo de un rato llegó un señor tratando de abrirlas, le expuse mi argumento mientras me derretía a 45 grados a la sombra, y me dijo: "tal vez la puerta de atrás esté abierta", le seguí y en efecto, estaba abierta.

Lo sorprendente fue que de todas esas personas nadie me hizo una señal o un toc-toc que me avisara de esa otra opción. Me sentí sola, pero qué se puede esperar, ¿por qué a alguien le habrían de importar mis diligencias y calores infernales?, lo mío es una payasada, otra muestra más de que sólo pienso en mi, como si el mundo girara en torno a mis preocupaciones. 

Mi sentido común es un asco : (.

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