Extraña, desconectada, sin raíz, como en un holograma, como si el único pedazo de existencia real fuera una voz y lo otro son sombras, recuerdos, posibilidades y nada más.
Pero aquello, lo tangible está allá, en medio del caos, de la vida rápida, del tráfico y el claxon, y no sé quién soy ni si estoy, ni nada.
Y me tambaleo entre el aquí y el allá, y ya no sé en cuál de las dos existo, ni si alguna vez existí.
Ser sin historia,
vacía.
Me caí del puente, y no sé cómo escalar.
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