agosto 24, 2013

De la soledad y las conexiones o desconexiones.

Al ver este video: http://vimeo.com/70534716 recomendado por Herick Acosta, me sentí menos triste de como me había venido sintiendo, fue muy ilustrativo y entendí algunas cosas. Gracias Herick.

Y ahora me pregunto, ¿qué tanto nuestra vida gira en torno a las redes?, aunque haya quien tenga dispositivos electrónicos y crea que hace otras cosas mientras también está conectado, es una ilusión, dado que ahora todos los minutos del día giran en torno al eterno "beep", a menos que decida desconectarse. 

Me pregunto también, después de lo que vi, ¿qué tanto de lo que publicamos (ya editado por supuesto) entre fotos, comentarios, links, música, etc., somos nosotros?, a  través de las redes modelamos nuestra personalidad, publicamos únicamente lo que queremos que sea visto de nosotros, una personalidad que deseamos, que hemos elegido y creemos que eso nos hace ser quienes somos. 

Si realmente las personas supieran de mis insomnios, de mis obsesiones, de mis pensamientos raros y recurrentes, de mis existencialismos de madrugada, de mi poca funcionalidad como persona a veces, de mis fotos horrendas, de mi poco sentido común, de los absurdos que a veces cometo cuando hablo..., quizá no se me acercarían.

Con esto tampoco estoy afirmando que la persona es una en las redes y otra en la vida real, pero sí que en esa elección y edición de la persona que queremos mostrar y entre nuestros pensamientos más profundos, hay un abismo, hay una pérdida de lo natural, hay un diseño del ser. Ningún ser humano es tan transparente, no puede ser, el cerebro es muy complicado y un individuo (cualquiera que éste sea) siempre será un enigma. Y estamos en nuestro derecho, libertad de expresión, libertad de elección en torno a lo que queremos expresar sobre nosotros mismos.

No quisiera que mi comentario se tome como si estuviera satanizando las redes, al contrario, me gustan, me conecto y desconecto todo el día, esperando ver un número iluminado de color rojo con el fin de creer que no estoy sola, que tengo más de mil amigos y mi vida es más interesante porque soy un poco omnipresente al tener la posibilidad de estar al mismo tiempo con quien se me antoje a un solo click. 

Recuerdo cuando abrí facebook, no me animaba a publicar muchas fotos porque lo creía un exceso, pensaba que luciría pretenciosa al subir fotos solamente de mi rostro, todavía conservaba cierta vergüenza al hacer auto-retratos sin otro argumento que mi vanidad, ¿como por qué?, ¿para qué?, ¿a quién le interesaría ver fotos de mi rostro  una y otra vez si soy la misma, pero más vieja? aburrido. Antes, estaba segura que un par de fotos eran suficientes. Ahora, con el paso del tiempo, como con todo, he naturalizado la mirada, y subo fotos a diestra y siniestra aunque estén horribles, sin valor estético y sin relevancia en mi historia, aunque se repitan, queriendo mostrar no sé qué..

Siento una especie de nostalgia, recuerdo cuando no tenía celular y decidía ir a algún lugar sola, toparme con sorpresas, y el día se tornaba mágico. Recuerdo también el sentimiento de que nadie sabía dónde me encontraba, y caminaba por las calles de Tijuana con nadie virtual a mi lado, ni con un cable conectado a mis conocidos o familia. Ahora pienso, ¿cómo le voy a hacer para encontrar a mis amigos cuando sea el armagedón y se vaya el internet para siempre? y es en ese divagar que otra especie de nostalgia me invade. 

Hoy, tan condicionada a la conexión, no sé qué haría sin el nuevo y maravilloso para mi Spotify, youtube, blogger, hotmail, mp3 converter, 4shared, facebook, seriales, etc. Un ejemplo de estas páginas es suficiente, si por error o hackeo se borrara mi blog, entraría en depresión, pues el reflejo de mis pasos, sentires y pensares está narrado ahí, soy yo en lo virtual. 

Estamos solos, cada vez más, y así va a ser mientras se ponga por encima del contacto humano una "profunda conversación" por horas en cualquier plataforma; se siente bonito, pero valdría la pena intentar la misma conversación en vivo, sin ediciones ni emoticones, únicamente con las herramientas del lenguaje con que contamos, con los ojos y toda la honestidad o deshonestidad que haya en ellos, con las manos, los pies, los nervios, el sudor y la intensidad que nos provoca el Otro en toda su extensión, y si así resulta una conversación que trascienda, sin el tópico del clima ni silencios tensos, entonces sabremos que los cimientos de nuestra amistad no fueron hechos de ilusión.

agosto 23, 2013

Puentes rotos

No hay puente,
mismo lenguaje,
se ha roto,
corto circuito,
no hay conexión.

Cambios,
despertares,
transformación,
otro ser, otro ser.

¿Quién es?,
¿quién soy?,
desconocidos,
otros gestos,
otro idioma,
otra risa,
otra boca,
otros ojos.

Envejecer,
ideas nuevas,
por ideas viejas,
otros caminos,
otras soledades,
otros confidentes.

Un desierto tan grande
y sólo sombras,
no hay nadie,
nadie dice nada,
todo es holograma.

Alguien habla,
su voz es un eco,
no significa nada,
!todo está tan lejos!,
no es mío, nada es mío,
no existo, nada existe.

Y mientras todo eso sucede
me deshago,
exploto por dentro,
me consumo,
y cada uno de mis pasos
va perdiendo sentido.

Y el vacío ya no sólo es vacío,
es inexistencia que se manifiesta
en un cuerpo de carne y sangre,
un vivo-muero, que existe
pero que es invisible.

No hay conexión,
no estoy,
madera, papel, flores, lluvia,
no hay conexión.

agosto 17, 2013

Miguelito (reto sugerido por Arenas) :D

Una voz que pertenece a ultratumba,
pero que deambula entre los vivos,
un enigma que arrastra siglos,
de caminar antiguo,
de ojos viejos,
de sombras,
de silencio.

Ser extraño, incógnito,
sus pasos siempre anónimos,
de mirada sigilosa,
un rompecabezas
que es bello desarmado,
y que así se quede siempre.

La guitarra es su lenguaje,
no avanza si la sangre no le late,
omnipresente en el tiempo,
anacrónico del ahora,
él es a blanco y negro.




agosto 16, 2013

Lienzo en blanco

Hace algunos años creía que había vivido cosas tan bonitas que podía morir en paz. Hasta hace poco todo en mi vida era rosa, pero luego comencé a experimentar situaciones y sentimientos tan extraños como terribles, tantas equivocaciones, tantos errores que para nada estoy en paz.

Casi estoy segura que nadie envejece, son muy pocos los años de vida y de experiencia ante la complejidad humana. No podemos jactarnos de la "experiencia" cuando somos un gusano del universo, que se arrastra en un segundo de tiempo. 

Nadie sabe nada, no sabemos, ¿a quién engañamos?, no sé si soy yo, pero parece que no he aprendido nada, sigo desconociendo mi cuerpo humano y queriendo ser un cyborg, nunca voy a aceptar que soy de saliva, de mocos, de sudor y de olores raros. Me extingo, poco a poco lo hago y no voy por la vida inspirada pretendiendo que ya aprendí y que de hoy en adelante aplicaré los diez pasos para..., no puedo, sigo tropezando, y si no tuviera sentimientos todo sería romance puro, el egoísmo no me encerraría en esta cárcel de cuerpo que no me deja desnundarme.

Hay tantas convenciones sociales, colonialismo cultural, religiones incrustadas a la fuerza, valores que ni siquiera entiendo por qué me siguen ahogando, que ya no sé qué significa ser humano, ni mujer, ni occidental, pero me ahogan y me pintan de un color que quisiera lavar para ser lienzo en blanco y elegir desde una conciencia autónoma. Siempre he querido ser autónoma, a veces creo que lo soy, a pesar de todo ese costal de miedos que llevo cargando como un lastre.

Quizá la única y verdadera razón de estar aquí no sea ninguna en especial, el simple ser, el estar, el experimentar una y otra vez la vida, dejar que el tiempo haga lo suyo, entretenernos en este teatro y descubrir las infinitas sorpresas que nos ofrece el mundo humano y natural, tanto las nefastas como las bonitas, y así, un día morir, ya sea en un accidente, o con toda la pompa y el ritual que ofrece la vejez, para algún otro instante ser olvidado por completo, en un universo insustancial que alguna vez nació y alguna vez habrá de desaparecer, con todas sus insignificancias y sus grandezas, con todas sus glorias y sus bajezas, un todo hecho nada. Una nada gloriosa en su silencio.

agosto 15, 2013

Sentido común

Hoy estuve casi media hora sentada afuera de Vicerrectoría, supuse que era la hora de comida y me eché en el suelo a esperar haciendo dibujitos. Cuando llegué, traté de abrir ambas puertas y me percaté de que adentro había gente sentada, al cabo de un rato llegó un señor tratando de abrirlas, le expuse mi argumento mientras me derretía a 45 grados a la sombra, y me dijo: "tal vez la puerta de atrás esté abierta", le seguí y en efecto, estaba abierta.

Lo sorprendente fue que de todas esas personas nadie me hizo una señal o un toc-toc que me avisara de esa otra opción. Me sentí sola, pero qué se puede esperar, ¿por qué a alguien le habrían de importar mis diligencias y calores infernales?, lo mío es una payasada, otra muestra más de que sólo pienso en mi, como si el mundo girara en torno a mis preocupaciones. 

Mi sentido común es un asco : (.

Frases de Santomé (M.B.)

"Lo que menos odio es la parte mecánica...el efectuar un balance de saldos y encontrar que todo está en orden".

Hablando de recorridos: "...la de los viejos que toman el ómnibus hasta la Aduana y regresan luego sin bajarse, reduciendo su módica farra a la sola mirada reconfortante con que recorren la ciudad vieja de sus nostalgias".

"Hay una especie de reflejo automático en eso de hablar de la muerte y mirar en seguida el reloj".

"Tengo la horrible sensación de que pasa el tiempo y no hago nada, y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raíz".

"Si alguna vez me suicido, será en domingo".

"A veces pienso, qué haré cuando toda mi vida sea domingo".

agosto 13, 2013

Sueños que atormentan

Desperté y mi madre me dijo: "tu padre te tiene un regalo", la esperanza me recorrió el cuerpo, y en ese breve lapso en que se confunde el sueño con la realidad, pensé que si mi padre me tenía un regalo, entonces no estaba muerto.

Después le marqué a su número de celular, no me contestó, pero sonaba vigente, otra señal de que mi padre seguía aquí. Pregunté por él y me dijeron que andaba por ahí, luchando todavía contra el cáncer, llevaba cuatro años en la batalla y yo lo pensaba en la nada.  

Entonces hice memoria de todas esas ocasiones en que he soñado que está vivo y luego sucede en ese oscuro abismo entre lo onírico y lo real que me doy cuenta que no lo está, y pensé que quizá siempre fue al revés, pues era en mis sueños que estaba muerto.

Al final, extremadamente convencida y esperanzada de que mi padre sí estaba vivo, desperté, y en ese instante misterioso donde el tiempo y el espacio no tienen lugar, creí con toda la fe que nunca he tenido que mi padre vivía. Pero después, mientras el sonido estruendoso del tic-tac del reloj regresaba como tortura a mi conciencia, recordé que hace once años mi padre desapareció para siempre.

agosto 11, 2013

De ser viejo

Ochenta y seis años no son justos para las conciencias que son jóvenes toda la vida, el tiempo pasa y todo lo que transcurre en ella es tan efímero, que no se debería juzgar a quienes les exuda la juventud, a quienes les revienta desde dentro, porque no creen que un cuerpo viejo se encuentre relacionado con quedarse mudo y no cantarle a la única existencia que por accidente les tocó en suerte tener.

Espectadores de este teatro, pero también actores, actrices, no se pueden detener, en un mundo vasto que exige sentarse, callarse, encanecerse, caminar lento, sentirnos ajenos a la vida, decir "no puedo", cuando aún se desea bailar, cantar, descubrir el mundo, y aunque se cumplan ochenta o cien, siempre habrá mucho por bailar.

agosto 06, 2013

Tragafuegos

Los pies hechos polvo, un rostro demacrado y ennegrecido por el sol ardiente del desierto. Ojos fijos, con rabia, buscando la esperanza en todos lados y no encontrándola. Nació roto. 

Unas manos torpes que no encuentran ningún hombro al cual asirse. Rastros de carbón en sus pulmones, sombras de desdicha en todo el cuerpo. 

Me detengo y en esos breves segundos una imagen se congela, es él, despidiendo humo, lanzando varas encendidas al aire, las varas giran, una cae al piso, la levanta, se le vuelve a caer, lo intenta de nuevo y no funciona. Se le acaba el instante, sus ojos hundidos derraman miseria. Se acerca, extiende la mano, nadie se inmuta, vidrios arriba, semáforo en verde. 

agosto 05, 2013

Sin tierra

Extraña, desconectada, sin raíz, como en un holograma, como si el único pedazo de existencia real fuera una voz y lo otro son sombras, recuerdos, posibilidades y nada más.

Pero aquello, lo tangible está allá, en medio del caos, de la vida rápida, del tráfico y el claxon, y no sé quién soy ni si estoy, ni nada.

Y me tambaleo entre el aquí y el allá, y ya no sé en cuál de las dos existo, ni si alguna vez existí.

Ser sin historia,
vacía.

Me caí del puente, y no sé cómo escalar.


agosto 03, 2013

A la Luna


Señora del mundo,
yo a usted la admiro,
mientras me juzga con su mirada,
la pienso mi musa,
y me da la espalda,
le recito un poema,
me abofetea,
le canto una balada
y me recuerda
mordaz, irónica,
que sólo soy
polvo de estrellas.

Fantasma del alba,
cansada de tanto,
de las turbias noches,
de las calles de sangre,
de los días aciagos,
de este circo de bárbaros,
pero también,
de los mismos cielos,
de la dulce lluvia,
de la mágica aurora,
del rabioso volcán,
del azul-rosáceo del invierno
y de descubrir todos los días el mismo infierno.

Usted tan bella,
nosotros tan pérfidos,
usted tan radiante,
nosotros tan perversos.

Y aun así sigue rodando a la aventura,
pudiendo un día negarse,
quedarse en sus aposentos,
quieta, inmóvil,
amarillando en el eterno.

Y es a través de usted fina dama
que como lente de cinematógrafo
graba las memorias
de un horror...
de un horror,
que se repite a diario,
en un delirio enloquecedor.

Ojo de cristal,
que guarda secretos,
y atesora en su pecho
soledades de otro tiempo.

El reloj es su verdugo,
desdichada luna,
un segundo, un milenio,
!da igual!
su único horizonte
es este páramo yermo,
de una raza miserable,
que no sabe amar.

Envejecida,
sin esperar nada,
condenada a repetir
esta escena sin sorpresa,
rodando hacia el abismo
de esta tierra maldita.

Y seguirá girando
hasta que un día
ese Dios llamado tiempo
se apiade y ose detenerse,
y harto de la estupidez humana
sucumba a las delicias de la nada,
desapareciendo todo rastro
por siempre.