junio 11, 2012

La tarde es caramelo


Es un cuerpo, con sangre y huesos, con animalidad, semáforos, estrés y tiempo, con hambre y deseo; pero hay un momento, el preciso instante en que se funde con la danza en que todo cobra sentido, por ese par de minutos lo superfluo y lo profundo, lo complicado y lo grave desaparece y pareciera que la vida puede ser así de sencilla, el cuerpo, el movimiento y la música en un fluir eterno...

La mano se estremece y ofrece flores, 
la falda alegre es un vaivén de colores, 
la mirada altiva y femenina transforma todo lo que ve, 
los pies infantiles danzan sutiles, 
luego emerge la mujer, 
espalda recta, hombros, 
el cuerpo se impone, 
zapatillas, 
palmas,
un pie, un lado,
vueltas, cara,
una mirada, 
en esos tarsos
hay chispa, 
hay dolor, 
hay alegrías, 
hay tragedia.
hay corazón.

Danzar es aceptar nuestra corporeidad, serle fiel a la tierra y lo que representa, resolver el enigma de la vida en una rumba, en un tango o un flamenco. 

Danzar es lanzar poesía al viento.

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