octubre 25, 2021

The Beatles


“I declare that The Beatles are mutants. Prototype of evolutionary agents sent by God, endowed with a mysterious power to create a new human species, a young race of laughing freemen.”


Yo no sería Eleanor Miriam Rigby sin The Beatles, toda la vida me han acompañado en las tristezas más profundas, y recurro a ellos cuando mi alma está derrotada. Siempre surte el mismo efecto: me levantan el espíritu porque de nuevo sus canciones vuelven a mostrarme que hay belleza, y que es posible crearla, recrearla y luchar por ella. La belleza que me transmiten no es otra que la de la rebeldía, la libertad y la esperanza abrazada por acordes que me llevan en un caballito de mar a recorrer el jardín del cosmos.


Desde niña, cuando descubrí esos discos debajo de la cama de mi padre, conecté con él y con su espíritu, entendí que The Beatles era el tesoro que me acompañaría toda la vida, que pintó mi alma de arcoíris y no la soltó jamás.


Cualquier canción de The Beatles, por más rara o underground que sea, ha pasado por mi voz y mi canto. Gracias, The Beatles, por trazar el sendero que he seguido. Un día escuché obsesivamente todos sus discos y descubrí que el White Album era mi favorito, pero hice un disco de mi top de tops, fueron 53 canciones favoritas que han ido cambiando de orden dependiendo de mi ánimo.


Si algún consejo pudiera dar al mundo sería que escuche con detenimiento y el corazón abierto a The Beatles, hay algo de místico y mágico en la estructura de sus canciones, quizá comprendieron la matemática perfecta y, como sus canciones lo dicen, música y amor, el verdadero sentido de la vida.

El amor

Nacemos y somos profundas soledades, despertamos de la nada arrojados a este valle de miseria y muerte sin pedirlo. 

El amor es algo real, tangible, duele en el pecho y se siente en el corazón. El amor es un privilegio de pocos, es crear un puente de palabras y leer el alma de una soledad. 

Amar es combinar dos soledades y negar el martirio del silencio al que nos sometemos si vamos por el mundo sin escuchar al otro, sin conocer la música de sus entrañas.

Todo vale la pena en este mundo, desde un llorar, desde un reír, comer una manzana, bailar un vals, andar los caminos, oler una naranja, despertar y sentir que todavía te quedan dos horas; pero, si compartes estas pequeñas pasiones cotidianas con la personas que saben de tu alma, que comprenden el yo que has creado, entonces habrás trascendido al saber que los ojos de alguien reconocieron y dieron forma a lo invisible que solemos ser si vamos en silencio.

octubre 20, 2021

¡No te olvidé!, padre

No te olvidé, traté, te juro que traté, pero tu dulce humanidad me hizo recordarte cada que la estridencia del rock & roll raspaba mis oídos, cada que la ocasión de la belleza me decía con la sabiduría de un niño que si no hay poesía, hay que hacerla. No lo logré ni quiero, te recuerdo, padre, y me hace bien.

Habría gritado con todas mis fuerzas...

Si yo hubiera sabido en aquel entonces lo que sé ahora, haría gritado con todas mis fuerza: "¡asqueroso tú!"; le habría dicho con los ojos, con la piel y con las manos: "te amo"; hubiera creído en algún dios con total ceguera que mis filtros racionales se habrían derrumbado como una vieja ruina.

También, y como un gesto cotidiano, me habría visto más veces al espejo en mi completa desnudez.

Escribo por...

Porque la palabra es puente entre la gente, porque mi destino jamás escrito lo erijo entre los laberintos de posibilidad que hay en las letras, y es en esa efigie o en esa muralla o en esa pirámide que este saco de huesos descansa, contemplando que en cada fonema, el mundo acontece.

¡Ay de ti, humanidad!, ¡ay de ti!

¡Ay de ti!, que ante la historia de imperios fenecidos, de pérdidas y caos, donde la convulsa especie humana nunca supo qué hacer, y por fin, después de un desenlace tan trágico como cómico, como en una epifanía, se dio cuenta de algo, y no era un mito, no era un cuento, era un destino.

Entonces los economistas renunciaron a sus tristes saberes, los reyes fundieron sus coronas y los emperadores pisotearon sus laureles.

Y fue así que, de entre todas las preguntas filosóficas y ontológicas e incluso matemáticas, una sobresalió: 

"¿a quién amo?"...

entonces de nuevo el mundo retomó su cauce.

Otro deseo de lo imposible

Quiero entrar a las tumbas faraónicas e impregnarme de polvos viejos, encontrar las cartas perdidas en botellas y llevarlas a la tumba que corresponda, dar los recados que no llegaron a ese ser que espera, decirle que sí a todos esos niños que imaginaron algo increíble y hacer que suceda, entrar al hoyo negro en donde nació el primer Dios y quedarme a vivir en sus aposentos.

No te olvidé

Porque al llegar me conecté con mi niña de tres años y me caí persiguiendo una burbuja, porque mi mirada infantil explotó en cascadas de colores, porque el jueguito de Pooh me abrió el espíritu a la belleza de la inocencia, porque en The Space Mountain sí viajé al oscuro y frío universo en donde me reconocí como un diminuto y a la vez grandioso espíritu que es tanto una diosa como un gusano, porque al estar frente a la magia de World of Colour, y presenciar ríos incesantes de arcoíris dirigiéndose hacia mí, Dios me dijo: "¡Hay que ser buenos!".

De haber sabido

Si yo hubiera sabido en aquel entonces lo que sé ahora, habría hecho lo mismo, porque mientras más avanzan las tardes de la vida, más me sorprenden lo inesperadas que son; y es que habría hecho lo mismo porque el corazón se me desborda de amor, porque es este aquí y ahora mi lugar en el mundo, donde abrazo estas ganas de vivir como una fuente de cinco sentidos que se derrama infinita sobre su olor, sus besos, su voz, sus brazos, su mirada.

octubre 18, 2021

Era una lápida

Esa lápida contenía logaritmos que emitían destellos de una luz neón, cada que iba al bosque de Bariloche se manifestaba un reflejo verde que me invitaba a tocar.
Por muchos años la visité y solo meditaba ante ella, algo me decía que había que ser solemne, pero mi humanidad me lanzó al abismo de buscarle cuatrocientos pies al gato, ¡oh, qué tremenda locura!, que aquel 3 de diciembre del 2026 pude ver mi futuro inmediato, mi nombre ya no sería Abel Rubén Romero, sino A-x-R-z.

Todos los elementos del universo terminan por caer sobre su propio peso. 

Aquel 3 de diciembre de 2026 ahí había quedado mi cuerpo físico, y de la lápida digital se había desplegado un armatoste que conectó mi cerebro a su unidad interna.

Venía del futuro, era yo, el primer cyborg renaciendo en el pasado para evitar la 5ta guerra de los mundos.

Al dulce Tlacoyo

¡Oh, divino Tlacoyo!

Manjar de Huitzilopochtlli, ¿cómo no imaginar tu ya destinado camino a Orión?, si tu influencia llegó hasta Odín, y los vikingos se pusieron a amasar.

Ostra deliciosa de los profundos mares del desierto de Shibalba, no dejes de tlacoyear, ese es tu arte. 

¡Brujita, cómo no!

Ella era una bruja unicornia que sí sabía de sus poderes mágicos, que entendía de la posibilidad alquímica de la imaginación, porque esta vida siempre fue una invención, y la clave radicaba en descifrar que cada día es un lienzo que puedes, o bien comenzar bajo las reglas ya escritas, o bien, destruir e inventarte los caminos.

Ella era una bruja unicornia comprometida con el deseo más profundo del corazón, que era encontrar o crear belleza.

Palabras mariposa

Las palabras son mariposas que atraviesan muros infranqueables, un sí abre la posibilidad de imperios, un no conduce a la nada profunda y sin retorno.

Un te amo te brinda la certeza y el sentido de saberte acompañada, porque sabes de cierto que alguien te piensa y te recuerda, que un espíritu prefigura un futuro contigo, y no estás abandonada al instante eterno del instante.

Me he encontrado

Me sentía perdida, como ante la sensación de un mar abierto, sin límites, frente a horizontes monstruosos que me hundían aún más en mi propio abismo.

Después, como en una epifanía, tiré la toalla y me dije con certeza: "no hay futuro, no hay sentido", y comprendí que en mis manos solo existe el presente del presente, como un regalo sabio y amoroso de todas las ocasiones en que mi madre ha orado por mí, con todo el poder acumulado de los deseos de las estrellas... y ¡zas!, heme aquí, viviendo en la más absoluta austeridad y, a la vez, en la más inconcebible riqueza, por tener el privileio de estar frente al mar de Titla, por tener la gracia de ver a los ojos a una tortuga milenaria al llorar, por saludar a un señor cocodrilo. ¡Gracias, vida, por tanto!



octubre 13, 2021

El ojo que todo lo ve

Qué es esto, es demasiada luz, las carnes se tocan displicentes, no hay dios, nunca lo hubo, el motor inmóvil fue encendido por nadie, por eso el tiempo se desliza entre incendios. Ha desaparecido todo, voy sola, mares de personas que van ciegas, subo un peldaño, espera, ¿ya lo subí?, ¿es que voy bajando o subiendo?, es otro piso, quizá otra dimensión, rostros congelados de la gente, como si gritaran con los ojos, todo es falso, todo es falso, ríos de plata y sangre se acumulan en las calles, la noche y su inminente muerte, los callejones y su bien trazada decadencia. Un gato que pasa y se arrastra frente a esta realidad inasequible. Debe de ser negro, con una cuenca en el ojo derecho, ojo restante de doscientas mil reencarnaciones, se pregunta por qué sigue aquí si alguna vez fue un dios.

Vuelvo a aparecer, ¿dónde estaba?, ya no se trataba de mí, ya era una sombra, un olvido, no se ha acabado, sigo caminando, mis pies responden y corro, corro sin mirar atrás porque la muerte acecha al que voltee y si muero, que sea cuando lo decida yo. 

El tiempo aparece de nuevo, me da lecciones, me recuerda que estoy sometida a un saco de huesos y carne que moquea, también hay destellos de mi tumba vieja y olvidada.

Puente de lianas por el que transito, puente que va cayendo y el siguiente peldaño va en el aire mientras mi pie descansa sobre realidades transitorias. 

Vuelvo a ser piel, los poros se encienden y el agua se derrama en litros de lo que soy, no hay ley, voy hacia atrás, camino en la pared, entro en un hoyo negro, aparezco en el elevador. 

Cansada de la vida, con un corazón explotado que ya no responde, revienta, revienta, corazón, no hay nada qué hacer.

Los ecos de gritos ahogados en el pozo de un bosque medieval que ya nadie recuerda llegan hacia mí y entre susurros me dicen que cante, porque solo el canto cruzará los ríos, los mares, las zarzas, y con el viento lanzado por la boca de la luna, sus almas sentirán descanso.

Y entonces, canto.

Retruécano

Por fin logré verle a los ojos, ojos que guardaban la memoria de los siglos, y ante su mirada impasible, escuché las únicas palabras que emitiría ese viejo retruécano: "Shomp, shomp", dijo con un sonido gelatinoso y crujiente, y yo, yo entendí todo, el retruécano era ese viejo sabio y caprichoso, era el tiempo y lo que quería decirme era: "no te olvides de ser cuerpo".

Lo que más anhelo

Lo que más anhelo hoy es no perder ningún momento en la banalidad de la caducidad de lo material, quiero lanzarme al abismo de la búsqueda de la belleza, confiar en el ser humano otra vez, regalar todo lo que poseo y ser ligera como una pluma al aire, y cuando muera, me quiero ir de este plano solo con un saco de sueños cumplidos y unas ojeras de fiesta que sí se sepa que fueron de fiesta.

A mí me dio risa

El salón estaba callado, el profe de mate nos daba su cátedra de los números primos, cuando de repente, la botella de agua se derramó y como en cámara lenta, el líquido vital sonaba drop, drop, y mi única y lenta reacción fue juntar mis manos en señal de "dame", a modo de cuenco, para atrapar el agua y esta no tocara el suelo.

Después de varios segundos que fueron siglos, entendí que había que tomar la botella y colocarla en forma vertical. Hasta el día de hoy río y río de suculenta burrada.

Qué fue primero, ¿el huevo o la gallina?

Por obvias y científicas razones acorde con algunos estudios de Princeton y basados en teorías cuánticas, fue el huevo, porque antes de que el universo aconteciera, todo estaba contenido en un huevo: el mar, los girasoles, las tortugas galápagos, el tiempo; entonces, sucedió, una a una la catarinita bailó y bailó día y noche hasta que se unió la ligereza del elefante y sus danzas crearon tremendo caos, que fue imposible no hacer big-bang.

10 segundos

Veo la luna, 
respiro profundo,
me abrazo fuerte,
me desplazo.

Muerdo una uva,
floreo manos flamencas,
veo mi sombra, 
me reconozco.

Canto en susurro,
vuelvo a mí,
lo recuerdo,
duele el pecho.

Veo adelante,
no hay de otra,
el tiempo avienta,
ojalá sea lejos.

Camino lento,
desaparezco.

Mi muy amado amante...

Últimamente he sido un torbellino intenso de pensamientos, también de lágrimas.

No recordaba de qué manera el amor se posa sobre ti y te arrastra, porque es inmediato y una certeza que llega como un ave que sí sabe cuál es su nido.

No he logrado conciliar el sentido de la vida y este vacío que deja tu presencia; es decir, ¿por qué tú?, ¿en qué momento tus ojos conectaron con mi alma y la vieron al desnudo?, ¿de dónde viene esta nostalgia por el humo del cigarro y el aroma de café que despide tu boca?, ¿cómo enfrento la vida sin el olor a roble de tu cuello tibio que como estela se sigue paseando en lo profundo de mis entrañas?

Te has ido, y aunque la esperanza de volverte a ver la puedo reconocer en tu voz, y en ese instante decisivo en el que me plasmas como queriendo asir el volátil tiempo y transgredir el orden cósmico, aun así este pedazo de plano del mundo está contenido de la melancolía del final de una película, donde la noche ya no es escenario, donde la música ha caído al abismo, donde la narrativa se ha detenido.

Mi muy amado, tú me preguntas en qué momento me enamoré de ti, creo haberlo comprendido todo, fue en ese segundo en que tiré tu copa y desde lo más grotesco de mi ser, entendí la posibilidad de volver a verte jamás.

Hoy no estás, pero estás a través del puente que tejo con cada letra, entonces toda esta pesadumbre se diluye, porque puedo sentir que estos fonemas en tu oído te transmiten mi incontenible amor por ti.

No estás, amado, no estoy. Si algún día te vuelvo a ver, los pedazos de mí se volverán a unir como cuando la noche estrellada promete grandes historias bajo el halo de una luna completamente llena.

Siempre tuya, 

Justina

octubre 08, 2021

Querida brujita que no sabe que es bruja:

¿Te has preguntado qué hay detrás de ese corazón que palpita y se conecta con el latir de la tierra?, ¿has pensado en esos ciclos lunares que aterrizan en tu vientre cada mes y toda esa calidez que te abisma en ti misma?, ¿crees que ese incendio que eres no es parte de la lava ardiente del mismo cosmos?, ¿por qué tienes ojos profundos para ver el color del alma?, ¿cómo es que respiras y vibras en este latir constante de estar viva?, ¡no estás muerta, brujita!, ¡no estás muerta!

¡Qué alegría que no acumules chatarra ni reproduzcas basura en tu andar!, ¡qué fortuna que des besos y calor!

Mira hacia ti, escucha la música que emana de tus adentros y gira con ella en un vórtice que te engulla para renacer.


Gata negra

Ojos ennegrecidos
bajo abismos de otros ojos,
se desliza entre sus carnes,
se desplaza entre su piel.

Ella dice que está muerta,
yo no veo más que soles que renacen
en esos ojos fijos de felina famélica.

En cascadas de agua tibia cae la tarde,
enciende su motor al llegar la noche.

Entonces, otra vez, la mirada gatuna
que se atreve a mirar más de lo debido,
y justifica el contacto con invenciones míticas,
que se transportan al abismo de ti.

Ante tu cuerpo no soy cuerpo,
sombra dolorosa de mí,
ante tu cuello, saco de huesos,
vestigio de lo que alguna vez fui.

Manifiesto bruja (contra el patriarcado)

No retirarnos jamás: no somos cuerpos al servicio de los demás, nadie tiene derecho a retirarnos de la vida.

Hermanas, ¡hay que hacer ruido!: ¿que calladita nos vemos más bonitas?, ¡espérate a que saque mi cuenta de tik tok! y me haga viral, ¡para que te dé más vergüenza!

Nos vestimos como nos da la gana: si quiero raparme, me rapo, si quiero un piercing, me lo pongo, si quiero mostrar mis carnes viejas y arrugadas, lo hago. No tengo que ser para los otros, no le debo belleza a nadie más que a mí, y si no te gusta mi piel, ¡pues voltéate que me embarras de mala vibra!

Somos abuelas en nuestros tiempo libre: tengo mucho qué hacer, aprender a bailar, aprender guitarra, comenzar mi 5ta banda de punk, ¡no es nuestra obligación ser abuelas de tiempo completo!, ser abuela es solo un panorama de todo lo que soy.

Somos sensuales y el erotismo sigue vigente en nuestra piel: nuestras carnes siguen vibrantes, deseamos besar, ser acariciadas, deseamos amar, estamos vivas. 





Amarre de amor propio

  • Una pizca de uña de gato sabio para desaparecer cuando no se me da la gana estar.
  • Dos gritos de bruja vieja para devolver la voz cuando me quedo callada.
  • 4 kg de hoja otoñal caída para hacer escándalo y aprender a decir sí.
  • Agua cristalina de las montañas de Marte para transparentar mi espíritu y aligerarlo.
  • Tres kg de nube nimbo para recuperar el sentido cuando me pierdo de mí misma.
  • Un gramo de granos de la tierra media para devolver la libertad a mis pies.
  • Los sonidos de un corazón palpitante de amor por primera vez para reafirmar la fe en la humanidad.
  • Dos gotas de lluvia de la luna para no perder la hermosa capacidad de llorar cuando es necesario.
  • El primer rayo de sol sobre las montañas y desde la carretera para no dejar de andar los caminos.


El lugar ameno

Todo el tiempo he ido de la mano de la razón, por lo que la paranoia, la vergüenza y el control han hecho de mí un robot. Este año me he hundido en el lugar ameno de la espiritualidad, he reconocido que soy nada, he amado flotando en las aguas tranquilas del abismo, donde ya no hay nada qué perder.

También, he aprendido a ver con los ojos del corazón y no de la limitante racionalidad, y es un remanso donde puedo recostarme en el pecho de la tierra y gritarle te amo en un susurro que se lo lleva el viento.

He tenido la inmensa fortuna de despertar de este letargo en el que los deseos más profundos estaban dormidos, para abrir, como una flor, una vida con intención, ¿de qué?, ¡sí sé!, de buscar la poesía, de buscar la belleza. 

Gracias, Solecita mía, por permitirme ver, con tu partida, estos destellos de lo real. Tú decías "de tu calaña", y sé que ahí estás para mí, ¡te extraño tanto, amiga!, solo contigo se podía hablar de ciertas cosas. Y también te necesito.

¡Sea lo cotidiano el lienzo donde pinte de colores este mundo¡


Carta abrazo

Mi pequeña Miri, 

Yo te abrazo, y abrazo contigo toda esa innecesaria vergüenza que sentiste, porque en tu soledad no sabías dónde meterte, así como no sabías dónde esconder tus toallas ensangrentadas escondidas bajo la cama como si fuera un delito. 

Yo te abrazo en esa inocencia y te digo que hoy todo está bien, porque tienes el lenguaje para nombrar lo que debe ser nombrado, entonces, ¡mi amora!, si algo te duele, no se te atora como fango pegajoso entre los pliegues de tu entraña, sino que puedes transitar en esos puentes colgantes y correr y gritar y encontrarte con amigas al otro lado del camino. 

¡Tranquila!, tú puedes con toda la pesadumbre, porque tienes en tus manos el mortero para pulverizarla.

Recuerda, ser mujer ha sido una invención curiosa de la que antes renegabas, pero hoy, sabes que hoy te ha dado la más profunda sensibilidad ante el recogimiento en el que el corazón se ensancha por todo lo alto y por todo lo bajo, donde el sentimiento más puro se vuelve carne, en absoluta rendición.

Mi pequeña Miri, hoy tienes las palabras y la fuerza para llorar sin miedo, para amar con un cuerpo de mujer que sabe, acepta y valora la palabra corazón, porque hoy ya significa, porque hoy está vibrante de emoción, y la razón ha perdido el sentido para ser un cuerpo-corazón que en su ligereza despliega alas que sí vuelan, y, sin duda alguna, hoy eres capaz de amar.