Voz encarnada.
Rumorea el viento
entre sílabas:
"todos los siglos son un solo instante".
Lengua de sol,
versos que dan de beber
en un desierto anegado
de ceniza,
insuflando a la vida
sal y agua.
Fonemas que valsan
en los mirabeles.
Manantial de paz,
de gozo y lágrimas.
Arpegio de lamento
en cada letra.
Verdor que pía
bajo la ventana.
Elegía revelada
a la distancia.
Y allá en el tiempo,
un viejo eremita
va perpetuo,
a tinta y pluma
naufragando siglos,
quebrando los espejos del instante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario