Un zombie se encontraba viviendo en mi casa y me dijo que quería ir al OXXO, yo le prohibí que saliera porque no quería que hiciera banquete de cerebros con los niños de la cuadra; no obstante una vecina estaba platicando conmigo, lo cual me distrajo, al voltear el zombie se había escapado al OXXO y de pasada le había mordido la cabeza a mi vecina comiéndole los sesos. Este zombie era simpático, regularmente le hubiese tenido miedo, pero él me hacía reír, incluso le permití vivir en el patio de mi casa, pues algo me quería decir su mirada, una mirada de zombie alegre.
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