Aun a pesar de los incontables placeres mundanos, no hay ningún soporte para mi persona, nada que me diga que de verdad estoy aquí, por dentro sólo soy aserrín, aunque por fuera todo parezca estar en orden.
Aquel día estaba cerca de ella y tenía una cerveza conmigo, y la pesadez invadió mi alma otra vez, la paranoia de sentir que dos mil ojos volteaban hacia mi para dañarme, como dicen por ai.. “la vida es una caja de mierda”.
Cuán aterrador es observar al ser humano y no creer en su movimiento y sentirle falso, tan falso que aun mi propia voz modulada falsamente por mi falsa existencia me resulta nefasto hasta el grado del absurdo.
¿Para qué analizarlo todo?, cuál es el motivo de esta simpleza de vivir pendiente de cualquier detalle, a quién estoy formando sino a un monstruo, máquina de mi ser que busca respirar orden y constituciones.
Estoy envenenada de mi voz, me quiero alejar un rato, estar cerca de mi me provoca seguidillo. Quiero dormir, no soñar, vaciarme de las fractales repeticiones que se apoderan de mi voluntad volviéndome loca, mareándome y haciendo de mi una muñeca hueca llena de aserrín o quizá de mierda, “!Oh! señor detén el tiempo te pido, porque tú puedes hacerlo, porque yo en verdad no entiendo Dios mío, porqué se nos va lo bueno”.
Que dudes…qué bueno, así te darás cuenta de lo que hay dentro de mí. Lo que menos quisiera es echarle más limón a ese corazón agrietado, empolvado y escurriendo pedazos de venas y sangre, carne molida por la mala suerte de caer en la boca de perros hambrientos que al oler el exquisito sabor de salsa y limón que tu le pones a la vida, se echan sobre ti.
¡Ya basta!, no hay salvación, ¿para qué buscarla?; cansada a mis años, vil cobarde, cansada de despertar, de correr, de comer, aun de reír, tan cansada de mi y de escuchar lo que traigo en mi cabeza, que ya me empanzurré de tanta Miriam; un ego tan gordo que a veces se me revienta y explota en la peor de las autoestimas…, difícil oscilar entre esos dos infiernos, peligroso concentrar mi cosmos en el medio y no hundirme de tantos kilos de vanidad.
Basta de inventarme mundos, dejaré de correr, de levantarme y pretender volar, mejor cerraré los ojos y me aventaré al río para que la corriente me lleve plácidamente y que las piedras del camino me destruyan a su paso hasta desaparecer. Mi realidad no corresponde.
Quiero quedarme inmóvil, tirar tanta hueva que me olvide de los días y del transcurrir del tiempo.
¿Cómo hacerle?, de qué manera sonreír, ¿acaso tendré que leerme los churros de superación personal?, “Las mil y una formas de llegar al éxito a través del esfuerzo”, “Cómo trabajar en equipo y salir ganando”, “dale la cara al triunfo”...!mierda de toro!, ni siquiera tengo la imaginación para poner títulos a esos libros.
Me dan miedo mis pulsaciones, el otro día me desperté, miré mi cuerpo que yacía en la cama y pensé “hay guey estoy viva”, me vi como un cuerpo nada más, con sudores y necesidades fisiológicas.
No se borra de mi mente el momento exacto, el lugar lo tengo pintado en las venas del cerebro, la precisión de sus gestos cuando le diagnosticaron cáncer y que él me dijo tranquilamente: “tengo cáncer mija, pero no te preocupes pues no pasa nada... todos nos vamos a morir”; él iba muy tranquilo, yo con una bola atorada en la garganta y queriendo darle ánimos, pero él era quien me los daba, esa es la ocasión que más he aguantado llorar, cuáles calenturas ni que orgasmos detenidos, las lágrimas no sacadas en su momento arden y lastiman, pero más me hubiera lastimado ser tan débil como para no guardar la postura frente a mi padre.
Que triste es haberme perdido una vida a tu lado; el Universo…bien pudiera recorrerlo en un abrir y cerrar de ojos y se siente muerto, mis sentidos están anquilosados.
Mi papá siempre preguntaba que pasaría cuando se muriera Vicente Fernández, decía que iba a ir mucha gente a su velorio, que iba a ser la peor tragedia para México, pero ya vez apa, tú te fuiste primero y tu tragedia es universal…la naturaleza ya no huele a nada, ha perdido sus ciclos y el mar se ha congelado, el sol se enfadó de los humanos y nos ha abandonado.
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