septiembre 29, 2021
31 de mayo de 1948
Las pequeñas cosas
Panorama post-apocalíptico
¿quiénes fuimos?,
en todos lados,
miseria que me alcanza,
¡estirpe de bárbaros sin nombre!,
¿por qué pisamos esa flor y
cubrimos la Tierra con ese líquido
nauseabundo creador de muerte y caos?
Aquel remedo de hombre se arrastra
septiembre 17, 2021
Ruido infernal
¡Ahh, crrrr, crrr!
Rechinar de dientes, el diablo cantando ópera y el eterno sonido de su limonada con hielos, que en su desfachatez siempre presume ante la fatigosa sed del pueblo.
¡Dejen de lanzarme piedras, bastardos!
Mis huesos truenan a cada momento, grito ¡ah, ah!, garganta seca... y apenas ha pasado un segundo de la eternidad.
Mindfulness
Cierro los ojos y los abro dentro de mí, existo, desaparezco para aparecer adentro, soy de sangre y fluyo en torrentes de lluvia que cae en cascadas de cristal.
Estoy aquí, respiro, respiro, respiro, estoy en la conciencia, transito despacio este universo que soy.
Las veo, son mujeres de agua que con sus palabras me erigen, mujeres puente que juntas conformamos un instante universal, para inventarnos planetas, para ser un mucho diosas.
Y ahora, ¿cómo me salgo de este instante?, ¿cómo destruyo este puente de palabras para hundirme de nuevo en el plano de lo mundano?, ¡no puedo!, la belleza se ha posado sobre mí y ahora soy otra, palabras nuevas me dibujan, palabras viejas me dicen adiós, y en un crisol de fuegos eternos me precipito para aparecer en la tierra del planeta tierra.
La metáfora vagabunda
ojos melifluos que me miran.
No hay salvación.
Un puente de madera cruje en reversa,
se construye después del abandono,
es un instante,
el fuego combativo de Gengis Khan
erige una civilización.
Te vi y encontré un paraíso perdido,
tus ojos brujos de ciénaga tranquila,
tus ojos de la primera tarde apacible después del big bang,
tus ojos que rebobinan el tiempo concentrando todos los siglos.
Viajo al infierno negro de tu pupila y ahí me quedo.
Epifanía sobre lo importante
Todas las veces de la vida iba corriendo, con el nudo en el alma y dando tumbos, iba corriendo. La urgencia me arrojaba a la insustancialidad irracional de vivir presa del tiempo.
Todo por hacer, una vida en cada estrella no me habría alcanzado.
Aquella tarde mi madre me invitó a ver a las tías y yo accedí gustosa, ella me preguntó con una ternura apenas imaginada: "Hija, ¿te presiono mucho?", y fue que comprendí y accedí con parsimonia. Entonces le dije:
"No, madre, creo que es urgente hacer lo importante y no lo urgente-urgente. Es importante jugar, estar contigo, fiestear con mis amigas... porque ¿te imaginas?, algún día no estarás y he de recordar que hoy hice con urgencia lo importante, y ya sabes, lo urgente-urgente lo haré en las madrugadas".
Orobroy
Hubo una vez la humanidad,
decían que había esperanza y la hubo,
decían que había poesía y aconteció,
hoy el viento trae más vida
y otras semillas se esparcen
en mundos otros,
milenios rebozantes
de apenas 10,000 años
que florecen
en ti y en mí.
Caída libre
¡Quiero amar!, ¡que recupere la salud!, ¡encontrar un trabajo!, ¡terminar la secundaria!, ¡que la vida sea larga!,...
¡Viví un milenio!, hoy caigo en el instante fugaz y la mirada del mundo me desnuda, caigo y con mi muerte renacen las historias, los amores se logran.
¡Valió la pena!, que la nada me acoja entre sus brazos.
Soy polvo de estrellas que es estrella que es polvo de estrellas que es estrella.
Sombra que no
Cansada de no dormir, de madrugar siempre, de ser perenne transparencia.
A veces quisiera esconderme tras la luna y eclipsarme más de un segundo, ante esta fatalidad que se esconde en esta terrible desnudez de ser diurna.
Soy de la noche, los infiernos me habitan, y yo..., yo muero al alba cada que la lacerante luz del sol me obliga a andar.
Soy del silencio, el eco disonante de aquella tumba triste me es música sagrada, y el vulgar claxon, los pasos sin rumbo de la gente, me someten a un purgatorio dantesco en el que estoy condenada.
Que me transporta en alas de luciérnaga
septiembre 15, 2021
Peregrinatio vitae
Quién soy
¿Quién soy?, ¿es la resonancia de lo que digo lo que me hace ser?, ¿es mi nombre-destino un augurio de lo que seré?, ¿o soy una tabula rasa que descansa en la libertad de senderos infinitos?, ¿es la inextricable necesidad de la razón la que me confunde y me nubla el verdadero ser?, ¿debería pensarme en la levedad de ser parte del eco de dios?, ¿cuántas miriams he sido o seré?, ¿acaso Diotima de Mantinea me pensó y al erigir mi fonema aparecía cada inicio de los tiempos?, ¿algún día, siendo olvido, resurgiré en una sacerdotisa de aquel pasado glorioso de 2032, donde su imaginación dé lugar a lo que otra vez seré?, ¿he de ser un beat alguna vez?, ¿mis cualidades de persona evolucionarán a ser arena?, ¿en cuántos granos de polvo me convertiré?
La última página de tu novela
Entonces, entonces, la palabra, la p, la a, l, a, coma, a, r, b, a, l, a, p. Pa, Bra, LA, Ces, Ton, En, nació el fonema, el primero fue un grito hacia arriba, después un aullido de dolor ante la sed, luego el grito y el aullido dio lugar al ahhh guuuuuuuuuuuuu y otro grito más, aaaaah, agua.
Nació el agua, porque era necesaria, y aquel ente curioso se dio cuenta que podía combinar fonemas para nombrar las horas, los días, las estrellas, la muerte.
Así, desde una poesía onomatopéyica y ditirámbica, hablé yo.
El deseo de lo imposible
¡No te olvidé!
Epístola al ayer
El tiempo es un fósforo que nació oliendo a cenizas.
La ignorancia es el filtro con el que me enfrento al mundo, y bajo ese lente voy entendiendo que hasta el ayer, lo que sabía me hizo actuar en proporción.
Nada de qué arrepentirme.
Volvería a caer cada una de las veces, abrazar cada dolor, sentir que el corazón reboza del mismo modo en que lo ha hecho. Voltearía a ver la lentitud sin tiempo con que la araña teje su tela... e insisto, mi lente ha sido la ignorancia, por lo que dedicaría un mes completo a jugar a las cartas con mi padre y le vería a los ojos, y me repetiría que los abriera muy bien, para que ese último mes no se me escapara de la memoria ni un suspiro.
Soy quien soy porque mi voz y mis palabras son ecos distantes de aquel padre, y a la vez, en una sutil paradoja, no jugaría ese mes a la baraja ni le vería a los ojos más de lo que le vi, porque le recuerdo preciso, y esas cartas, esos ojos tristes, esa vida que vino a construirme, me alcanzará para dos mil vidas más.
Escribo por...
Escribo por la impetuosa necesidad de desdoblar las capas más recónditas de mí en fonemas que me preceden y formarán parte de mi olvido.
Escribo por ese terrible deseo de hacerme presente, de sentir que respiro, de extraer de mí esos dulces fantasmas de mis pensares que me permiten entender la materia de lo que soy.
Escribo porque con las letras puedo ser capaz de vestirme de anciana, de alacrana, de castillo que cae, de polvo que guarda ecos de lo que nadie dijo, y sentirme aquí, recordar que soy voz, que soy grito, y en ese clamor, existo.
Escribo porque mis manos son puente concreto que erige mundos abstractos sin preguntar la razón.
Escribo porque aunque sé que la nada me traga, las palabras son el lazo del que pendo en este precipicio en el que me suspendo desde que nací, porque vivir es estar cayendo, y morir también.
septiembre 04, 2021
Cartas a quien pretende amar
Amado Constantino
Te escribo desde esta morada oscura y vacía en donde a diario hay tormenta, pero ¡qué importa cualquier diluvio si mi remanso cálido se encuentra en la memoria de ti!, en ese brevísimo instante en que conecté con tu mirada, en ese dulce lapso perenne en el que al respirar cerca de ti, como un elixir, supe que eras tú y nadie más.
Y es que entre todas las vidas ya vividas nos volvíamos a encontrar.
¿Qué me importa estar en el exilio?, en donde no habrá nada por vivir más que la infinita contemplación del abismo en el que me hundí cuando te conocí.
¡Oh, Constantino!, mi dulce fonema cargado de sentido, quiero que sepas que te pienso, que vives en mí, y en esa promesa que en un beso se selló, de buscarnos entre las estrellas, de peregrinar en el tiempo hasta dar contigo.
¡La humanidad qué sabe de nuestra pasión!, si viven por esos deseos mundanos y frágiles que se abocan con vigor a construir imperios de polvo.
Duermo, amado mío, para derramar mi querer en el espacio de lo onírico, y que te llegue la vaga sombra de mi deseo vehemente.
Con fervor, Justina.
Año 1042.
septiembre 01, 2021
Evocaciones del agua
Soy la brizna de la tarde,
me diluyo en la montaña,
me sublimo en esa lágrima,
me vuelvo sal,
vuelo con el viento,
soy ave sin alas,
voy...
voy...
voy...
navego entre piedras,
del agua, la vida,
de la vida, el agua.
En las venas soy fuego,
perforo el tiempo,
capullo de cristal,
que alimento,
que florezco,
que reviento.