¿Por qué la vida inicia a las 7 am?
¿Por qué un cúmulo de huesos, sangre y piel puede tener conciencia de que tiene huesos, sangre y piel?
¿Por qué el humano es consciente de que es consciente y es consciente de que es auto-consciente?
¿Por qué tenemos recuerdos muy antiguos o absurdos, como del ambiente de cierto día en algún lugar?, ¿o de ciertas palabras, de algún sabor u olor?, ¿por qué de una escena en particular y no de otra?
¿Qué es el pasado?
¿Existirá algún mecanismo metafísico-trascendental que encapsule cual fotografía o video alguna escena humana?, de ser así, ¿podrían ser posibles los viajes en el tiempo? y de ser posibles, ¿será que todas las personas que han existido en toda la historia humana siguen vivas en una inmortalidad espacio-temporal, y la historia es una y siempre ha sido la misma en un eterno retorno en donde ningún detalle puede ser cambiado?, ni el aleteo torpe de una mosca que apenas emprende el vuelo, ni el justo instante en que dos miradas se entrecruzan para crear una dinastía.
Y nada puede ser editado, como una gran película universal que se repite una y otra vez, en un play eterno, pero no hay nadie viéndola, no hay ningún ojo que aplauda, llore o rompa en carcajadas ante la tragicomedia humana; porque estamos solos, en una profunda soledad oscura, sin misterios ni metafísica, en un silencio que adorna y confirma el absurdo de este azar humano, que quizá no sea más que una consecuencia accidental de un meteorito desviado por otro más grande que dio paso a la extinción de dinosaurios para crear esta extraña raza de mamíferos, quizá exiliada del cosmos a este punto ciego del universo, un ingenuo choque azaroso en este pinball cósmico, y es en ese accidente curioso, maravilloso y desgraciado que existimos.
Y lo raro es que es en nuestra conciencia que está implantada esa necesidad de trascendencia, y lo más sorprendente es que no hay un por qué.
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