diciembre 22, 2012

El sin-fin del mundo


Quizá peque de romántica, de pesimista o de cursi, pero el fin del mundo representaba para mi sentirnos especiales, pensar que la humanidad no giraría en torno a lo eterno cotidiano día tras día sin fin (nótese el pleonasmo), un evento que por un momento nos hizo valorar lo que teníamos y repensarnos como especie, lo que somos y no somos. 

El fin del mundo me daba la esperanza de creer que yo y mi siempre egoísmo tendría el honor de presenciar la hecatombe, sea implosión, sean los mayas criogenizados emergiendo de las pirámides con antenas de extraterrestres, trajes verdes y  naves espaciales, imponiendo un nuevo orden mundial, o tal vez chabelo empoderándose del universo como el anticristo : ), o una lluvia de meteoritos y yo en brazos del amor de mi vida viendo pasar la muerte, mientras vemos una película de Chaplin con la poca energía de mi computadora, mis curiosas lamparitas de a 10 pesos del metro, y mi manjar de latas de atún para sobrevivir los próximos 6 meses, y luego quizá cuando la comida acabe, un poco de cianuro para despedir la vida con dignidad; de ser posible y si aún me quedan fuerzas, tarareando una última canción que por pura dicha y placer sería un medley entre golden slumbers-carry that weight-the end-mr. roboto-stairway to heaven-metropolis part I-livin on a pryer-cinema paradiso soundtrack- canciones que definieron mis días en esta tierra.

Un último suspiro en ánimo de queja y agradecimiento por la respectiva mierda y lo sublime de todo aquello que amé (Beatles, rock&roll, comida mexicana, cerveza, poesía, cumbia, mi niñez, la playa, dormir, el karaoke, conocer a David, Candy Candy, tener un mejor amigo (Manuel), los juegos rollercoasters, el mejor producto comercial: la navidad, el cine, aquellas fogatas al pie de la montaña, la carretera, mi familia, el café frío, y un gran etc.).

Pero no, no se acabó el mundo y la vida seguirá rodando para muchos en una constante desgracia, para otros... en una constante de dicha, y estamos condenados a que la rueda del tiempo siga girando hasta las últimas horas de nuestros días como individuos y hasta quién sabe cuándo como humanidad. 

Mientras tanto...!reloj gira!...!días avancen! con su aplastante fuerza y su diluvio de flores; con su teatro de gracia y fatalidad; con su lluvia de esperanza y su no significado, con su dulce sorpresa y su perenne nulidad.

Y como especie seguiremos consumiéndonos poco a poco y con ello todo a su paso... hasta el sin-fin de los tiempos.

1 comentario:

Unknown dijo...

muy cierto :)