Quiero puntualizar que no quiero volver a sentirme víctima de la nada, porque no hay nadie a quien reclamarle tu partida y sé que en nuestro egoísmo desearíamos ser eternos, pero somos polvo y cuando alguien muere solemos victimizarnos, cuando la verdadera víctima es quien se va, pues a pesar del mundo tan oscuro en que vivimos, es hermosa la vida.
Me siento triste, sí... porque siento que me saliste debiendo unos 15 años más..., si lo analizo en torno a mi ego puedo decir que siento que una parte de mi ha sido arrancada, me pesa que te hayas ido de manera tan fulminante, en realidad me alegraba tu vibra, tus palabras, tus historias.
Ahora ya son tres los que se han ido, papá, abuela, abuelo.
Me siento un poco más sola.
Me sorprende que el mundo siga girando, que lo cotidiano entre en lo cotidiano con tanta facilidad, como si tu presencia fuera tan nimia como para que no pase nada si tú no estás, y duele tener que hacer como que nada pasa, porque los días avanzan y las actividades vuelven, y estamos vivos y no podemos parar.
Tengo algo de miedo, camino y manejo lento, hay un hueco.
Hay desasosiego ante este sentir.
Eras el consentido abuelo, y por más entrevistas que guarde de ti nunca alcancé a conocerte por completo.
Tus historias eran cajitas de sorpresas, las extrañaré.
POR OTRO LADO:
Me conforta saber que nunca te enfermaste.
Me alegra saber cómo viviste y disfrutaste de una vida sencilla.
Eres un ejemplo para muchos.
!Tengo tantos recuerdos de ti!, !pero el último es el más hermoso! Estamos mi madre, tú y yo en la playa, tú comiendo elote, embarradito de la cara, vamos caminando por el malecón y bailas al ritmo de alguna canción, me jalas y bailamos juntos, la gente nos mira y ríe; luego vamos a comer y se acerca un trío norteño, les pides la del "Sacrificio" y "Cruz de madera", cantas y cantas, después el trío se va a la mesa contigua y los señores piden y piden y tu sigues cante y cante, los señores se quedan viendo y a ti te vale, y les gritas "!Me equivoqué de profesióooonn! !ahí si me quieren contratar!" y ríes....; después nos vamos a caminar, comemos nieve y nos retiramos, abordamos el camión y me despido de ti, te digo: "!Te quiero abuelo, nos vemos en mayo!" y sonríes diciendo "!ándele pues mija!"...
Mi mayo será mi muerte para encontrarnos tú, mi abuela, mi padre y yo en la dulce nada.
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