abril 16, 2010

Orgía líquida


Azul naciente, brillante, fugaz,
una luz misteriosa danza al son de la sal,
a orillas del mundo eclosionan las olas
y mi ser se vuelve de arena, de cristal.

Una línea muy delgada separa la civilización de la fragilidad.

¿Qué enigmas se ocultan en el infierno frío de tu suelo?
siempre impasible y armonioso, de tinieblas radiantes,
siempre imperturbable, horror silencioso, de medusas errantes,
¿Qué necesitas mar alado para emprender el vuelo?

Una línea muy delgada separa la civilización de la fragilidad.

Fúnebre y doliente, perpetuo, de luna siempre,
ímpetu violento, carcajada ardiente, amigo del viento,
tempestad hiriente que nunca muere,
¿No te entristece el hastío silente de un eterno lento?

Una línea muy delgada separa la civilización de la fragilidad.

¿Qué encanto escondes bello mar, que te contemplo?
¿acaso fuiste testigo del milagro de la vida?
¿viste estallar la incandescencia mágica del tiempo?,
en aquella tarde de creación, ficción jamás comprendida.

Una línea muy delgada separa la civilización de la fragilidad.

¿Por qué el ser humano en tu seno no tiene cabida?
único espacio digno para decir adiós amando,
cuando el mutismo aturdidor de tu piel le va cantando
a esta realidad incierta, abominable, de desgracias abatida.

Una línea muy delgada separa la civilización de la fragilidad.

Sólo en tus entrañas se encuentra el secreto de la existencia,
es en tus abismos que se esconden las almas errantes,
de mil ahogados, los sin nombre, los olvidados, los andantes,
los desaparecidos que has acogido tiernamente en un vaivén de cadencia.

Una línea muy delgada separa la civilización de la fragilidad.

Abrazas a la tierra haciendo fiesta, juegas a ser Dios en lo inconmensurable,
acaricias asfaltos y ya se escucha tu estridente canto,
de espíritu indomable, de furia inacabable,
dejando tras de sí fragmentos de muerte y llanto.

Una línea muy delgada separa la civilización de la fragilidad.

No hay comentarios.: