¡Ay no, ahí viene de nuevo esa niña tonta!, parece que tiene el cerebro de un espantapájaros que se dedica a nada, ¿no tiene expectativas de la vida?, ¿no se le antoja viajar, romper ventanas con piedras e irse corriendo?, ¿pedir raite hasta llegar a Andalucía?, ¿equivocarse, sentirse en peligro, aprender a defenderse, provocar peleas en cantinas, robar comida en los mercados, escupir a la policía y ser arrestada por ofender a la autoridad?
Creo que es mi deber biencriar a la dulce Belladurmiente, es demasiado huevona y necesito que se active, a mí se me hace que su psicólogo le ha de estar recetando Clonazepam, por eso me la tienen tan apendejada. Es mi deber como la bruja de este cuento, la voy a educar para que se largue de esta narración y pueda ser feliz verdaderamente, ¿cómo?, pues pasando hambre, frío, peligro, durmiendo incómoda, haciendo el ridículo en una borrachera, trabajando en un McDonald, vistiendo ropa de paca, siendo lo menos bella ni durmiente posible. Ahora le apodaré la FeaViviente, para que se ponga pilas, al tiro, para que sea más chola y su barrio la respalde, que destaque por un final no feliz, pero aventurero.
A ver mijita, primer paso: vamos a comprarte unos lentes oscuros y enseñarte a maldecir. Ven paca, vamos a raparte, el cabello no hace a la dama.
Atentamente: Maléfica
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