enero 16, 2013

Llegada común a Tijuana

Un taxista que no escatima la velocidad, que rebasa, que busca recovecos por donde hacer el viaje más placentero; un calafiero que conduce y va mandando mensajitos por celular.

Historias de taxistas en las que narran amenazas de muerte, secuestros, robos; subirme a otro taxi y que me diga: "gracias por confiar, mucha gente cree que los que conducimos taxis naranja tenemos fama de secuestrar y matar a los clientes, pero pues yo digo que no hay que generalizar"...y un gulp de fondo.

Tomar otra calafia, marearme y arrullarme con los melodiosos claxon y los dulces "chingatumadre-cabrón" al momento de pasarse dos semáforos en rojo, mientras el carro ofendido se le acerca y le amenaza echándole la camioneta, pero el calafiero saca la casta y le pisa, y yo sigo mareada pero feliz; de fondo suena "camarón pelao", hay buen ambiente.




1 comentario:

Unknown dijo...

no por nada dicen mis amigos sureños que tijuana, en ciertos aspectos, es más peligrosa que el D.F.