Desazón,
la vida se derrite en el asfalto,
cientos de ojos me miran y el calor...,
el calor me hace compañía.
El olor nauseabundo de las cloacas
y el sudor se mezclan con el cálido
aroma de las tortas caseras.
La gente refunfuña, ríe,
va pensativa,
cansada, altiva.
Algunos con el abono para el crédito,
otros por la leche del niño,
los menos a comprar
la nueva colección de cine,
los más en la espera de un permiso
para transitar libre por un país
que antes ya nos bendijo:
"!Bendito es tu dinero, larga vida a tus compras!"
y la espera se alarga
y no protestes porque
ellos te hacen un favor,
no vaya a ser que te quiten la visa,
y sonríeles mientras cruzas,
sé amable, haz lo que digan,
mientras tu dinero digno
de tu trabajo honrado
se convierte en plástico.
Y en la espera cientos de gotas
apresuradas escurren por la espalda,
arrancadas por un sol que no espera a nadie.
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