Era peregrina, muchos de nosotros íbamos sorteando obstáculos en una travesía hacia la tierra de los mimos, callados, silentes, caminando sin voltear atrás; después de días, al llegar pude observar un sin fin de disfraces y objetos mágicos, dulces por todos lados, casi todo era comestible. Y pude ver al rey de los mimos, grandioso en su silencio y su trono.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario