abril 09, 2011

Las cosas


Me gustan las segunditas, siempre me he deleitado en lo viejo, en aquellos objetos cargados de cierta energía humana, ajena a mi pero que creo y trato de entender.


Muchas veces he soñado que estoy en segunditas enormes, en donde todos los objetos se encuentran clasificados y puedo encontrarme con esas pequeñas grandes conexiones con otros seres humanos, quizá ya muertos, quizá en una tumba olvidados.


Últimamente ir a una segundita me causa cierta congoja, me pone triste y merma mi espíritu, pues cada cosa representa un tiempo de gloria, una necesidad, un deseo cumplido, una llama que ahora yace apagada, una moda que representó alguna vez una ilusión, pero que ahora ha caído en desuso y yace abandonada, cubierta por el polvo del olvido, esperando ser adoptada por quién sabe quién.


Qué secretos custodian esos viejos teléfonos, qué pláticas atesoran esas salas antiguas, qué amores abrazan esos edredones, esos lechos, esas ropas viejas qué calor humano guardan, quién vistió esos guantes de seda, qué ilusión acarició ese viejo vestido de novia de botoncillos a la espalda, qué cartas se escribieron en ese diario, qué caminos recorrieron esas zapatos rotos y cansados, quién osa donar o vender un álbum de fotos, un video de familia, un casette en donde las voces de unos niños cantan alegres, pues hasta la familia se desgaja, hasta esos lazos son efímeros, pasajeros, humo en el tiempo.


Es preocupación, es nostalgia, son retazos de ti, de ella, de él, juntos, en el polvo, en la nada, en el doliente olvido.


Es abandono, es barbarie, es arrancarse la historia a jirones, pero es esta la vida, un tiempo que se nos va derritiendo, un tiempo líquido inatrapable, un bendito olvido que nos hace sentir más ligeros.


Volteo atrás y me pregunto dónde quedó mi cajita de música, dónde mi peluche de olor a fresa, dónde mis perlas, mis juguetes...mis cartas ¿en qué momento el tiempo me los fue pidiendo?... ¿en qué instante el juez del tiempo me pidió rendir cuentas y juzgó y embargó mi historia?

2 comentarios:

Daniela G. dijo...

Es preocupación, es nostalgia, son retazos de ti, de ella, de él, juntos, en el polvo, en la nada, en el doliente olvido. <3

joe dijo...

me gustan las segundas de muebles, pero también últimamente me dan congoja, ansiedad, no sé... y sí, me hacen pensar en lo que fue y dejó de serlo, que loco...