abril 09, 2011

Fhezxhoungc


En ese momento ella vio una luz enceguecedora que le hizo desfallecer. Se encontraba en un bosque porque había ido a estudiar unos pinos milenarios de una especie antes desconocida. Cuando volvió en sí estaba acostada en un campo abierto con los ojos al cielo y su mirada parecía no ser la misma, se hallaba confundida pero tranquila, queriendo saber qué lugar era ese.


Un hambre atroz la obligó a probar la única de las provisiones que llevaba consigo, una especie de dulce en forma de paleta que le había obsequiado un indígena de la tribu de nombre Kuazúlu, su primer instinto fue engullirla cuando la instrucción de aquel Kwazulita era lamerla poquito a poco.


Ese dulce le hizo alucinar y cuando menos lo esperaba se hizo conciente de que había caminado por varias horas perdiéndose del resto de sus compañeros e insertándose en las entrañas de aquel bosque misterioso; el camino que había tomado la condujo a un plano que la conciencia de ninguna deidad pudiesen identificar como creación.


El espacio era tan gélido como un refrigerador, por un momento se observó a si misma dando vueltas desenfrenadas queriendo correr a la salida, pero no había tal. Ese enigmático paraje parecía una dimensión extraña en donde el tiempo y el espacio no existían. Cansada se dejó vencer y se recostó sobre ese recinto anacrónico, al momento pudo distinguir una artilugio que parecía ser un avión, pero con una tercera ala en la parte posterior que a lo lejos asimilaba un insecto similar al "caballito del diablo".


El cielo era de un azul brillante y parecía que las nubes se escondían temerosas de opacar tal majestuosidad; un pequeño ser flotaba a pesar de no tener alas y aún así se encontraba surcando los aires frente a ella. Se dio cuenta de que ese no-lugar en el cual sus sentidos confusos la atormentaban estaba cubierto de agua, pero aún bajo esa condición ella podía respirar. De repente un vómito de agua pestilene brotó de su boca, abrió bien los ojos y sus amigos la rodeaban queriendo reanimarla.


Volvió en sí maldiciendo y profiriendo un nombre extraño nunca antes escuchado en nuestra cultura; la fonética era casi improferible, parecía decir "fhezxhoungc", mientras sus compañeros la miraban intrigados.


Después de unos días de haber vivido aquella rara aventura tuvo una epifanía y narró a sus camaradas que podía recordar la experiencia más hermosa; se había enamorado de un ser de una fortaleza increíble que se hacía llamar "fhezxhoungc". Todo esto lo vivió en un par de segundos del tiempo humano al momento de caer en un lago y quedar inconciente.


Su ser había viajado a una dimensión acorporal y anacrónica en donde se podía prescindir del tiempo y del espacio. En sus recuerdos se había abierto un portal que jamás se cerraría...Nadie le creyó, "fhezxhoungc" musitó despacio... y una risita de complicidad invadió su espíritu.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ése Fhezxhoungc es la mera onda, siempre se liga a todas las morritas que lo conocen...

atte.
Seraphingk