julio 05, 2005

4 de julio

Sigue esa piedra en el corazón, este 4 de julio ya son 4, de una ausencia muy amarga, de un recuerdo muy dulce a través de la música, de tu cuarto y algunas pertenencias impregnadas de ti, de tu existencia.

Tengo una foto tuya dedicada a mi a medias, solo dice con tu letra tan particular: “Dedico esta foto a mi querida ...”, quizá en ese momento te dieron ganas de tomar agua y se te olvidó terminarla para mi, pero sé que plasmaste todo tu cariño.
El canal 11 se ha quedado sin espectadores, tu eras su espectador principal, de todo el día, aun le hacías promoción invitándome a ver contigo los programas de animalitos, admirabas con pasión la vida natural, siempre fue tu sueño al igual que el mío quizá inspirado en ti, el irnos a la sierra a vivir, o a una pequeña cabañita en la montaña, tu y yo nunca ocupamos de la ciudad, no ocupábamos de nada, me da mucho coraje, no sé en que momento se te metió el cáncer por la boca, y se te incrustó como piraña en los huesos, y si... te extraño mucho, tengo tantísimas cosas que compartirte que me desespera ser tan incrédula y saber y creer que no creo en nada y en el fondo sé que tan sólo polvo somos, y no andas por ahí, nunca lo hiciste... quizá solamente te invento en mis sueños y mi mente se viaja creyendo creer cosas.
Así como una tarde de domingo, así de vacía esta mi vida, así como todo lo contrario cuando tu estabas, cuando los domingos estaban llenos de acción y karaoke, de canciones de josé Alfredo y tú las cantabas... y yo, y cantábamos muy feo y a mi mamá le daba vergüenza y nos callaba.
Veo tu sonrisa, tus manos, tu sonrisa Manuel, esa que alumbra como un farol en un callejón en Tepito y salva vidas, ahuyenta mal vivientes y evita violaciones. Tus ojos eran tan llenos de fuego, al final de tus días los vi maltratados, se fueron haciendo de una forma triste, yo te preguntaba cómo estás y tu tan sólo respondías “bien”, aunque te quejaras... tratabas de hacerlo por las noches para que no nos diéramos cuenta. Sin embargo en tu ataúd vi un Manuel con una extraña sonrisa leve.

Es increíble, increíble que ya no te volveré a ver jamás. Te quiero mucho, me duele mucho, te extraño mucho,... tú te querías morir joven, pero no te creo, nos amabas demasiado como para dejarnos, tu vanidad no era suficiente para ello, tu hubieras querido morir muy viejo, tan viejo que yo te tendría que recordar tus recuerdos, pero se te cumplió... y te extraño.

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