1- Creo en que soy un ser humano imperfecto y cometo errores, pero observarlos y analizarlos me comprometen a cuidar mi proceder.
2- Creo en sostener a toda costa la esperanza en la humanidad, porque dejar de creer implicaría sustraerme de esta sociedad y soltar el hilo del que pendemos todos, rindiéndome ante el mal.
3- Creo en ver a los ojos y escuchar cada palabra de cada ser humano, tratar a cada persona como un fin en sí mismo.
4- Creo en que las personas pueden creer diferente que yo, y tengo como deber moral respetar esa creencia a menos que los destruya; de ser así intentaré mostrarles otros caminos.
5- Creo en revisar la intención verdadera de cada una de mis acciones, en la observancia diaria; en esta sentencia socrática que afirma: "Una vida sin examen no merece la pena ser vivida".
6- Creo en la honradez, en que en esta frágil y efímera vida no nos llevaremos nada, más que nuestras acciones, por lo que escalar los difíciles peldaños de la integridad, es ya esa luz que guía nuestro andar.
7. Creo en no enojarme por banalidades, porque el veneno se queda en mí. Prefiero dejar ir, resolver, seguir y fluir con la vida.
8. Creo en la poesía, que como acto de creación nos enseña que si podemos erigir mundos con la palabra, entonces la palabra tiene el poder de mostrarnos y erigir otros mundos posibles.
9. Creo en la dignidad y la verguenza; la primera, que inherente a cada ser humano, nos enseña a ser congruentes y dignos de nuestra propia palabra, edificándonos y salvaguardando nuestra honra en cada uno de nuestros actos; y en la segunda, porque sentirla es fundamental para aceptar que nos equivocamos y corregir.
10. Finalmente, creo en la libertad, por la cual ha corrido sangre, que ya no quiero que corra. Ahora quiero transmitir lo que grandes seres humanos como Séneca, Sócrates, Simone, Sartre, Arendt, han legado a la humanidad, y de ellas y ellos aprender que este mundo, justo así como es, no significa que sea, sino que nuestras palabras, nuestros actos o nuestra indiferencia, lo van construyendo, como un proyecto, como si con ello diéramos una pincelada al arte del infierno o del paraíso que decidamos que sea.