noviembre 13, 2017

RELATO SALVAJE: "Los policías"


Los policías y yo nunca nos hemos querido. 

Aquél día quise cruzar la calle como siempre, mi calle, por la que siempre paso porque me conduce al trabajo, pero un policía me detuvo y me dijo: "Así no se cruza", entonces me tocó el hombro y mi reacción fue hacerme para atrás, tropezándome con la bicicleta y cayéndome frente a carros que se dirigían hacia tres sentidos. Me sentí humillada, expuesta, ridiculizada. Me molesté y le dije: "!Yo sé cómo cruzar la calle perro!", el policía sonrió como si mi expresión le hubiese parecido tierna...

Antier crucé de nuevo la calle en donde dirigen el tráfico y me gritaron: "!Otra vez usted!"... yo ya iba con viada, pero me frené, volteé y les grité: "!Quéééééé!" (levantando los brazos hacia el cielo en señal de "!qué chingados te importa!"), el policía hizo un gesto de negación con la cabeza, luego me regresé y con un bat con clavos que ya traía preparado en la mochila, aventé mi bicicleta y comencé quebrando los vidrios de las motos, luego me fui a las llantas y el resto. Me quisieron detener pero los amenacé con el bat, el público aplaudió.

Al siguiente día pasé despacio, crucé a mi ritmo, volteé a verlos a los ojos y de manera muy educada me dijeron: "!Buenos días ciudadana!", entonces dirijí la mirada hacia ellos, me acerqué lentamente, les escupí la cara y les dije: "!Cerdos!" y a uno de ellos se le rodó una lágrima, mientras el otro agachaba la cabeza en señal de sumisión. Seguí mi camino y llegué a dar mi clase de literatura con el rostro radiante, mientras mi caminar iba dejando destellos de colores brillantes. Antes del inicio de la clase les conté un cuento (como es el proceder regular), se llamaba: "Los policías", al final un alumno me dijo: "Miss, !Gracias por sus cuentos tan curiosos!". Yo sonreí amable y me sentí feliz.

(Inspirado en "Relatos Salvajes", 2014, Damián Szifron).

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