Hoy he llorado con un poema, pero también me ha transformado, me ha dado alas, me ha besado.
Hace quince años escribí una frase con la que me vuelvo a encontrar en este poema que es un regalo, porque me da un sentido, como si hubiese nacido para leerle, amarle, contemplarle, escucharle de principio a fin, de nacimiento a muerte.
No sé cómo vaya a ser mi muerte, si ha de ser accidental o he de enfermar, pero soy un animal de rituales, quiero poesía, música, viento, mar, tarde de viernes, amigos de antaño, Budweiser y una pluma, la que siempre me ha de acompañar en el único lenguaje que me entiende y que entiendo.
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