Hermana mía,
tu silencio es un rugido
que trastoca este mundo,
que no es tuyo,
que es de fuego
rotando sobre su eje
como si nunca hubieras sido.
Despojada de tus ropas,
despojada de tu risa,
del brillo de tus ojos,
de tus planes,
tus deseos,
de tus alas,
de tu vida.
¡Hoy honramos tu existencia!
¡Y no hay manera de volver a respirar!
tu ausencia es fractura,
es dolor que quema los sentidos,
¡y da un frío!…
que es perpetuo,
que es un continuo.
¡De volver a respirar ya no hay manera!
¡Calamidad niña del viento!
que nació, que tuvo sueños,
rosas, azules, amarillos,
hoy grisea en la nada tu recuerdo.
Desnudez de mariposa,
cuerpo arrebatado
traslúcida, vaporosa,
en desgarro de existencia.
¡Tierra abraza y calidece
la sombra de mi hermana,
que fue muerta!
¡Pies!,
abriremos senderos,
senderos no transitados,
que mis muertas no anduvieron.
¡Juro no quedarme en casa!
Y danzar anárquica, sin pauta,
que las notas de mi voz
transformen el fúnebre grito,
en himno de libertad
por aquel mutismo obligado
de las que ya no están.
Vendrán tiempos en que
las calles serán nuestras,
la noche también,
nuestros los NO,
y de nosotras el derecho,
la elección y construcción
de la mujer que queremos ser.
¡Ana, Rosalía, Bertha, Carmina, Lupita, Mireya, María, Fernanda…!
¡Hoy honramos tu existencia!
A cada paso, en cada palabra,
en cada acto, en cada respuesta
¡Sea nuestra lucha siempre!
[1] Blog que me conectó con una persona que es línea transversal en mi vida- Judy Moody-. Y alusión al libro de cuentos de Simone de Beauvoir titulado “La mujer
rota”, en el cual expone sus planteamientos éticos y sociales sobre la
condición femenina.
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