Yo sé que a diario suceden cosas terribles en el mundo, y que a veces pareciera que todo valdrá mierda; ayer fui al cine con mis amigas y vi una encantadora película de Tim Burton, y lloré... no por el argumento o los diálogos, sino por los efectos especiales, lloré porque me sentí privilegiada de haber nacido en el siglo XX y poder presenciar la transición al XXI, privilegiada de no estar sumergida en los muertos del pasado, ni en los próximos naceres, estoy aquí... respiro.
Pensar que alguien puede imaginar de ese modo la vida me hace creer que esta no es la única manera, y que toda realidad es una construcción.
Ver tanta magia y chingonada en el cine, me devuelve la fe en la humanidad y en este presente que sé que también se puede transformar.
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