Cada que llueve, cuando cae la
primera gota, siento que es momento de pedir un deseo, uno que tiene que ver
con vivir más, gota que viene contenida de la energía de todos los cielos, que
ha viajado en el tiempo, se ha perdido en las más profundas fauces y emergido
fértil, frutal… desvaneciéndose entre “nomeolvides” y cardos.
Por eso cada que cae la primera
gota… me recuerdo viva, en estado de respiración, alerta, presente en este
laberinto de tiempo en el que pudiera no existir, entonces la siento, miro al
cielo y me siento feliz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario