septiembre 01, 2016

Superstición

Cada que llueve, cuando cae la primera gota, siento que es momento de pedir un deseo, uno que tiene que ver con vivir más, gota que viene contenida de la energía de todos los cielos, que ha viajado en el tiempo, se ha perdido en las más profundas fauces y emergido fértil, frutal… desvaneciéndose entre “nomeolvides” y cardos.


Por eso cada que cae la primera gota… me recuerdo viva, en estado de respiración, alerta, presente en este laberinto de tiempo en el que pudiera no existir, entonces la siento, miro al cielo y me siento feliz.

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