1- MUERTE: “Morir y reencarnar”.
Sintió la asfixia, pensó que se
enfrentaría a la nada perdiendo toda conciencia, pero esto pasó:
Era pequeña, comenzó su vida
arrastrándose, poco a poco lograba incrementar su velocidad, pensaba que su
vida sería lenta, mutilada; de repente se transforma, su capullo revienta,
colores brillantes y piel suave le dan un nuevo cuerpo, se estira y descubre su
belleza, se mueve y sus extremos se comienzan a agitar, y sucede…ya no está
sujeta al suelo, ahora va de cara al viento olfateando las flores, sintiendo la
brisa del mar, amarilleando de tanta vida.
2- SOMBRAS: “Sombra viajera”
Me han dicho que me han visto en
la playa, que las noches de luna llena se me ve surfeando, o dándole vida a una
fogata, con mi guitarra, con mi zarape, pero nadie se me ha podido acercar, dicen
que un campo extraño los aleja. Quién sabe quién sea, yo nunca salgo después de
las diez pm.
3- EN CÁMARA LENTA: “Cuando una niña revienta
una burbuja”
La ilusión ebulle, los colores se
trasminan por los ojos, la niñez se refleja en iridiscencias cálidas, la niña
se acerca con templanza, con la certeza de que la burbuja la va a alcanzar,
espera paciente a que el juego con el viento la desplace hasta sus pequeñas
manos.
Allá viene, va flotando ligera,
con el centro del universo en su ombligo, perfecta. Gota de agua inflada,
panzoncita, ebria de color.
Y de repente sucede, el encuentro
es inminente, el pequeño índice de la niña apunta hacia el sol y los matices
reverberan en su total plenitud,… se aproximan, la burbuja sabe de su corta
vida, por eso es libre, por eso sabe volar, por eso canta al ritmo de nadie,
con su belleza emancipada de la eternidad, sabiéndose inmediata nada, espejismo
perpetuo de una niña que le dio existencia y así también se la quitó.