abril 15, 2016

Escucho

Un concierto cósmico en mi cerebro, las notas se deslizan de un lado a otro, puedo percibir cuando van de tímpano a tímpano, son tin tin, tan tan, cosquillas al oído, un ramillete de tics, un estruendo suave.

Quisiera no morir jamás sólo para escuchar música, una y otra vez, mis venas y mis adentros siendo inundados de vibraciones en armonía.

Escucho la estática, una por una, las puedo contar.

En cada tecla, rasgueo, una intención, y en una magia incomprensible se juntan las intenciones de todos, y resulta una sola, que duele o hace agitar de tanta emoción.

No hay comentarios.: