mayo 26, 2009

Sueños raros

Mi muertita

Vi a mi abuela muerta, se encontraba tan joven, tan bonita, le pregunté qué se sentía estar del otro lado, y me dijo que se vuelve al estado primigenio, que las categorías de tiempo-espacio son superadas y miré sus manos muy largas, como de una muerta, pero se miraba tan fresca, tan bonita, y yo platicando con ella, sentadas en una banca de la rumorosa.


El gato

Estábamos en una fiesta, esperando a ver si ganaba David Bowie como candidato a presidente de la república, en esa fiesta estaba Drew Barrymore y Meg Ryan, muy jóvenes, parecían adolescentes, ellas me invitaron una hamburguesa del Burguer king, platicábamos en español, luego llegó Judith y me dijo que camináramos hasta su casa, nos encontramos un gato gigante y nos trepamos a él, nos llevó en el lomo desde la fiesta hasta la casa de ju, pero en el transcurso, me mostró múltiples manchas rojas en el piso, era sangre coagulada, muchísima sangre; me explicó que unos años atrás un niño que tenía síndrome de down hizo lo mismo con un gato, pero el niño lo acuchillaba mientras el gato lo llevaba, al llegar a la casa la sangre del gato se confundió con la del niño porque este se suicidó a puñaladas en la puerta de su casa, su madre también tiene down, la acabamos de ver asomándose por la ventana como distraída, absorta en la nostalgia, después de ver todo ese camino de sangre me quedé azorada y me perdí en mis pensamientos por un momento, al volver en sí, Judith ya no estaba a mi lado y fui a buscarla a su casa, en eso llegó Milo y le sorprendió vernos juntas.

Los gorilas hambrientos de sesos.

Me encontraba en Tijuana, era una tarde muy extraña, la oscuridad se apresuraba como nunca antes había visto, de repente muchas naves espaciales cubrieron el cielo, luego comenzaron a disparar proyectiles que destruían todo a su paso, yo quise huir porque miraba con asombro y terror cómo los gorilas deglutían los sesos de las personas a mi alrededor, definitivamente era el fin de los tiempos.

En ese entonces las familias se dispersaron buscando salvación, los gorilas tomaron la tierra y la gente huyó para esconderse, muchos años pasaron.

Tiempo después, si mi mente no me falla transcurrieron 40 largos años y los gorilas hambrientos se fueron retirando del planeta tierra, la civilización nunca fue la misma pero trató poco a poco de volver a la normalidad.

En seguida regresé a la ciudad de Tijuana y un pueblo se organizó para levantar una carpa hecha a mano y hacer un pequeño circo, en ese circo pude divisar de lejos a mi madre, llevaba una cola de caballo, habían pasado 40 años desde aquel terrible incidente sanguinario, cuando la reconocí, corrí a abrazarla y a decirle quién era yo, pues ya la hacía por muerta, no obstante a pesar de los años su rostro lucía idéntico, su piel suave como antaño y mi hermano yacía junto a ella; empero a la única que abracé llorando fue a mi madre, me reconoció y fue un sentimiento que jamás olvidaré.

1 comentario:

gabrielaq dijo...

pasando por aqui. espero no soñar con gorilas comeseso.

saludos