Cuando nació Goliathcito pesó 12,300 kg, tenía barba cerrada, pelo en pecho y sabía decir:
"¡Tráeme unas cartablanquitas, jefa". Por lo que los dulces zapatitos de principito bello no le quedaron, pero se puso unas botas de maistro para comenzar a trabajar en la obra.
#truestory