El otro día pasé por tu ventana, te grité y corrí para que no me vieras (por supuesto, apoyada por mi amiga Jícama), ¿por qué lo hice?, no sé, quizá porque quiero que sepas que paso por tu calle y a veces quiero subir a huevear tu puerta, luego te grito de cosas desde "La Guayaba", otras veces me entra una nostalgia terrible que quisiera ir a tocarte, pero sé que ya no habrá lugar para mí ni alguien que salga a recibirme.
He tenido una enorme necesidad de hablarte, pero entiendo los procesos personales, tanto los tuyos como los míos, y como este es mi blog, pases a visitarlo o no, estoy en mi derecho de expresarme.
Pues sí, te extraño un montón; el fresco, Tepoztlán, el centro, cada calle por donde paso, cada tienda, el pinches puto oxxo, el seven, hasta la iglesia rosita, !válgame la chingada! que hasta Ocotepec, que es donde yo vivo ahora, tienen tu presencia.
No volveré a tener un amigo como tú, porque nuestra amistad se constituyó como una estrella que brilla tanto y que es breve, que cae estrepitosa alumbrando toda la tierra.
Antier fue tu cumpleaños y ya no pude regalarte fotitos de tus novios actores, ni mandarte hacer sudaderas, ni idear regalitos.
Ojalá mañana que sea tu fiesta celebres como nos gustaba, lleno de amigos, cumbias, luces, comida, vino y belleza.
Feliz cumpleaños mi querido Shava,
!se te extraña un pinchis montón!