julio 07, 2017

Triste

Que quizá seamos la única civilización en el universo, vacío de vida, silencioso, sin luces ni soles ni historias en lo más alejado.

Que quiero cantar todo el tiempo... y lo hago, pero mientras camino mi voz se va apagando porque no hay un oído.

Que quizá seamos la primera civilización del universo y no nos va a tocar conocer a las futuras formas de vida cuando hayamos cruzado los umbrales de la galaxia.

Que los griegos creían que eran una gran civilización y el futuro del mundo, y hoy son un recuerdo (aunque muy influyente).

Que no hay un mañana, no un pasado, si nos quedamos despiertos no reconocemos el tiempo. Nada más es una sucesión de eventos que son ordenados por el humano.

Que la vida es una nada más, y toda la mística humana puede acabar por un tonto accidente.

Recordar que somos secreciones y órganos blandos, con sangre y agua, con mocos y caca.

Que las lejanías a veces duelen, pero luego si estoy allá, esto que ya viví se vuelve lejanía y también duele.

Que toda la responsabilidad de crear sentidos en la vida es nuestra, y si nos descuidamos un poco, esos sentidos caen, se desdoblan, se desencadenan, fenecen. 

Que escucho mi voz, y la reconozco como una voz blanda, alegre, cantadora, dulce tal vez, pero sumergida en la fantasía, por lo tanto eso no me hace real.

Que el cuento se acabó, vivo en la post-narrativa, esperando que algo suceda...pero no sucede nada porque ya me sé el final.

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